Miércoles 28 de febrero de 2024, p. 10
El documento se llama Propuestas estratégicas para impulsar la paz y la justicia en la región México-Estados Unidos y tiene versiones en español e inglés. Puesto así, suena a un texto denso y propio para ojos de expertos y políticos. En algún sentido es así, pero no cuando las personas que lo presentan son, en su mayoría, víctimas directas o indirectas de la violencia, el saqueo, el despojo.
En la pequeña sala de la Casa Refugio Citlaltépetl, 15 personas se disponen a ofrecer una conferencia de prensa para explicar las razones del Movimiento de los Pueblos por la Paz y la Justicia (MPPJ). Buscan, para decirlo de manera muy resumida, aprovechar la coyuntura electoral para que las candidatas y candidatos en México y Estados Unidos escuchen sus reclamos sobre la militarización, la política de drogas, la migración, las armas en las calles. Pero no quieren sólo que les reciban un pliego petitorio, sino entablar un diálogo –más bien tantos diálogos como dolores aquejan a la región– con las personas que tomarán las decisiones en un futuro cercano. Van más allá, naturalmente, porque sus causas y luchas han visto pasar muchos gobiernos.
La ruta del MPPJ comenzó en 2022 –aunque las historias de sus promotores vienen de mucho más lejos– con reuniones, tanteos, en los que participaron mil personas con sólidas trayectorias de representación. Los acercamientos sucesivos en busca de un cambio de paradigma
se resumieron al final en una agenda binacional de 10 puntos.
En la lista están el control de armas, la desmilitarización responsable
, política de drogas, acceso a la verdad, búsqueda de desaparecidos, estrategias contra el racismo y la discriminación, migración, cambio climático y autonomía de los territorios indígenas.
Sobre cada uno de esos puntos, y otros, tienen propuestas nacidas desde la resistencia y el dolor.
El rollo es el rollo, pero es distinto cuando en el escenario conviven, leen, presentan, enriquecen la agenda, personas como Cristina Bautista, madre de un muchacho de Ayotzinapa; José Ugalde, que comparte el mismo drama en Querétaro; Iakowi:he’ne’ Oakes, de la nación mohawk de Nueva York, que ofrece la perspectiva de las naciones originarias de Estados Unidos y comparte lugar con Manuel Oliver, padre de Joaquín, quien tenía 17 años cando fue asesinado en su escuela en Florida, con cuatro disparos de R-15
.
Luchamos juntos o perdemos divididos
. La frase resume la convicción de quienes, en México y Estados Unidos, han dado vida al MPPJ, que agrupa ya a un centenar de organizaciones, además de líderes comunitarios, y se proponen propiciar diálogos con los aspirantes a la Presidencia tanto en México como en Estados Unidos.
En estos días es posible que sostengan encuentros con los equipos de Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum (en el primer caso, el enlace es el senador Emilio Álvarez Icaza; en el segundo, el MPPJ esperaba un pronto encuentro con Juan Ramón de la Fuente).
El movimiento se define como voz de quienes reivindican la vida y buscan urgentemente un cambio de paradigma hacia países justos, pacíficos, incluyentes y sostenibles
.
La agenda binacional se puede consultar en: https://peacesummit2023.org/propuestas/.