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Laura Herrera destacó en el certamen Sabores Migrantes con una receta mascoga

Fueron reconocidas 13 cocineras // La afromexicana ganó con la preparación de orejones de calabaza

 
Periódico La Jornada
Martes 27 de febrero de 2024, p. 4

La receta de orejones de calabaza, de la afromexicana Laura Herrera, fue reconocida como una de las ganadoras del concurso Sabores Migrantes Comunitarios 2023. El platillo se remonta a una travesía de la sobrevivencia de los seminolas negros, un grupo de esclavos fugitivos que huyeron de las plantaciones de Carolina del Norte, se refugiaron en Florida cuando era colonia española y después continuaron su diáspora, algunos hacia el norte de México, donde se establecieron en Coahuila.

Las instrucciones que la cocinera tradicional de la comunidad de mascogos envió al certamen incluyen la preparación de la tierra y la siembra de la semilla de calabaza a mediados de febrero o al final de la canícula. Los orejones pueden ser dulces o salados. Se quita la cáscara, las semillas y las venas, y se pone a secar por dos o tres días en un tendedero.

De acuerdo con la receta, como informó la plataforma de IberCultura Viva, se pueden hacer caldos con carne de puerco y vegetales como chile, tomate, cebolla, ajo y elote. A fin de hacerlos de manera dulce, se puede agregar piloncillo, azúcar, canela, anís y clavo para hacer mermelada de calabaza.

Desde la ciudad de Melchor Múzquiz, Laura relata que aprendió esta preparación de su abuela: Cuando el cielo se empezaba a nublar, mi abuela ponía los orejones dentro de la casa, cerca de la estufa de leña. Estaban colgados de las vigas del techo, y al impregnarse del humo quedaban ahumados. Aquel es un sabor que nunca voy a olvidar.

Mezcla de historias, cultura y tradiciones

Mascogos es el nombre que se da este grupo de afrodescendientes que se aliaron en Florida con los indios seminoles, originarios del territorio de Estados Unidos. En su historia hay luchas por la emancipación. Algunos de los black seminoles viven en la localidad de El Nacimiento, en Coahuila. En Brackettville, Texas, hay otro grupo importante.

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▲ En la postulación del concurso, convocado por el programa IberCultura Viva, estableció que el propósito es que niños y niñas aprendan a sembrar, cuidar y cosechar la comida de sus ancestros.Foto tomada de su cuenta de Facebook

Además de la preparación, en la receta se explica que la gastronomía mascoga es una mezcla de historias, culturas y tradiciones. En nuestro paso de África a América, y desde Florida hasta Coahuila, nuestros antepasados tuvieron que ir adaptando sus dietas de acuerdo con el entorno en el que estaban. Pasaron de cultivar arroz, a la siembra de milpa, y de comer pescado en las costas del Atlántico a comer carne de jabalí, venado y res en las tierras que hoy habitamos.

Relata que “este alimento fue particularmente importante en una de nuestras migraciones, cuando los antepasados tuvieron que irse de aquel territorio porque tanto indios como negros corrían peligro de ser atrapados y asesinados, o devueltos a las plantaciones de arroz o algodón.

En busca de un mejor futuro, nuestros líderes encontraron rutas para llegar a México. Pasando por Oklahoma, Texas y cruzando el río Bravo rumbo a Coahuila. En esa travesía, uno de los alimentos a los que debemos nuestra supervivencia es la carne seca y los orejones de calabaza, pues ambos eran alimentos ligeros, fáciles de hacer y de transportar.

En la postulación que Laura Herrera envió al concurso organizado por el programa IberCultura Viva declaró que su propósito es que niños y niñas aprendan a sembrar, cuidar y cosechar la comida de sus ancestros.

El concurso reconoció en total 13 recetas migrantes de distintos lugares de América Latina, con la huella del movimiento humano y la persistencia de la memoria de aquellos que con los sabores y olores se remontan al lugar de origen. En las menciones se incluyeron hallacas de Venezuela, chuchitos de Guatemala, kishimas de Paraguay, sancocho de Colombia y pupusas de El Salvador, entre otros.