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Negocios y empresas

Impuestos

M

éxico es uno de los países de ingreso medios y altos que recauda menos impuestos. Mientras naciones como Dinamarca, Francia e Italia obtienen más de 40 por ciento del PIB en impuestos y países latinoamericanos como Cuba, Brasil y Argentina recaudan cerca de 30 por ciento del PIB, nuestro gobierno recauda alrededor de 17 por ciento del PIB en contribuciones.

Hay otras fuentes de ingresos públicos, como las ventas de servicios eléctricos, agua o hidrocarburos, pero son relativamente reducidos frente a las cargas tributarias. Además, la recaudación de recursos por venta de bienes y servicios públicos se ha estancado o reducido proporcionalmente a lo largo de este siglo.

Cobrar impuestos no es algo fácil en un país en el que más de 50 por ciento de los trabajadores se encuentran en la economía informal. Por ello, los contribuyentes cautivos, entre los que destacan las empresas formalmente registradas y sus trabajadores, tienen un costo mayor frente a lo que se cobra en otras naciones. La economía formal le hace frente a las necesidades de recursos públicos y subsidia a aquellos sectores que no pagan impuestos.

No todo es negro o blanco en esta materia, ya que aún las personas que se encuentran en la economía informal pagan impuestos al consumo (IVA) en muchos bienes y servicios. Sin embargo, su aportación es limitada frente a las necesidades del país.

La idea generalizada en las finanzas públicas globales es que entre más recursos recaude el gobierno, mejores serán los servicios para la población. Dinamarca es un buen ejemplo, en el que los servicios que reciben los daneses son de primer nivel; pero no es así en todos los casos. Por ejemplo, en Cuba, Brasil y Argentina los servicios públicos dejan mucho que desear.

No existe una relación directa entre un cobro mayor de impuestos y una mejora de la economía. En teoría, entre más recursos administra el gobierno mejor le irá a la población, pero el resultado depende de la buena o mala administración gubernamental.

Casi nadie duda que a lo largo de la próxima administración se realizará una reforma fiscal, tanto para equilibrar las finanzas públicas, como para ofrecer mejores servicios a la ciudadanía. El gran reto será la incorporación de más contribuyentes para evitar que el costo lo tengan que pagar los trabajadores formales.