l fiscal especial nombrado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos para investigar si se podía enjuiciar al presidente por tenencia de documentos clasificados no encontró ningún delito por el cual se le pudiera juzgar. Biden confesó no recordar haberlos tenido en su posesión. Lo grave fue que, excediéndose en el encargo que le fue encomendado, el fiscal declaró que Biden es un viejo demócrata de 81 años cuya memoria es confusa, pobre y con limitaciones significativas (Ap, 8 de febrero). El regaño público que recibió el fiscal no fue suficiente para reparar el daño. Abundaron las opiniones sobre la capacidad de Biden para ser relecto, algunas extremas sugieren que debe renunciar de inmediato en su propósito de relegirse.

En su edición de febrero 12, la revista Político hace una serie de observaciones sobre los diferentes escenarios que se presentan en este complicado asunto. Entre los principales, que “Biden no tiene el propósito de renunciar a su meta de relegirse y de la gran dificultad para que a estas alturas fuera avalado otro candidato demócrata por las decenas de sus cuadros dirigentes en todo el país; la única forma en que se concretaría una estrategia emergente en la búsqueda de otro candidato es que Biden renunciara voluntariamente a relegirse o estuviera físicamente impedido pero, hasta el momento, a pesar de la ansiedad en el partido, ninguna de esas opciones existe. No hay duda –continua Político– de que Biden contará con los delegados necesarios para ser nominado candidato en la convención demócrata que se celebrará en junio”. La única opción es que, “con la dignidad que le caracteriza, en un acto heroico, Biden concluyera que no está en condiciones de ser el candidato y decidiera no aceptar la nominación dejando a los delegados en libertad para apoyar a otro postulante”. En ese caso, la dirigencia del partido abriría una serie de consultas para que las delegaciones asistentes elijan al aspirante demócrata.

En su camino a la candidatura del Partido Republicano, Trump también enfrenta críticas y una serie de problemas derivados de los 91 delitos de los cuales se le acusa, que lo obligarán a pasar un buen tiempo en tribunales. Lo extraordinario es que, a pesar de que se le encontrara culpable de alguno de ellos podría obtener la candidatura republicana. Lo insólito es que su popularidad aumente en cada ocasión que se presenta en un juzgado. Es la evidencia de que son muchos los que piensan como él, más de los que uno pudiera imaginar.