Washington. El presidente Joe Biden pidió a los republicanos de la Cámara de Representantes que sometieran a votación un paquete de ayuda por valor de 95 mil millones de dólares para Ucrania, Israel y Taiwán, y advirtió que si se niegan a considerar la medida, que ya fue aprobada por el Senado ayer en la madrugada, estarían jugando en favor de (el mandatario ruso, Vladimir) Putin.

La historia será testigo, dijo Biden en un mensaje transmitido por televisión, y repitió la frase cinco veces. Apoyar este proyecto de ley es plantar cara a Putin. No podemos replegarnos ahora. Es a lo que ha apostado Putin, señaló desde la Casa Blanca.

Pero el paquete de ayuda enfrenta un futuro incierto en la Cámara de Representantes, donde los republicanos de línea dura que están del lado del ex presidente Donald Trump –el favorito para ganar la candidatura republicana a la presidencia y que ha criticado el apoyo a Ucrania– se oponen a la medida. El presidente de la cámara baja, Mike Johnson, planteó nuevas dudas sobre el paquete y dejó claro que podrían pasar semanas o meses para que el Congreso envíe el proyecto de ley a manos de Biden, si es que lo hace.

El potencial estancamiento ocurre en un momento crucial de la guerra que comenzó hace casi dos años.

Sin embargo, el intento de aprobar 60 mil millones de dólares en ayuda a Kiev –incluida en el paquete– durante meses ha expuesto las crecientes divisiones políticas en el Partido Republicano en torno al papel de Estados Unidos en el extranjero.

Biden también arremetió contra Trump, quien el sábado contó durante un mitin de campaña que él alguna vez advirtió que permitiría que Rusia hiciera lo que quisiera a las naciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte que fueran morosas a la hora de asignar 2 por ciento de su PIB al gasto de defensa.

Cuando Estados Unidos da su palabra significa algo, comentó Biden.

La votación en el Senado se llevó a cabo la madrugada de ayer, luego de que un pequeño grupo de republicanos que se oponía se quedó en el recinto y utilizó las últimas horas de debate para alegar que Estados Unidos debería enfocarse en sus propios problemas en lugar de enviar más dinero al extranjero.