Viernes 9 de febrero de 2024, p. 27
Los niveles de agua en las 10 principales presas de Durango se ubican en promedio en 50.5 por ciento, y según Víctor Hugo Randeles, director del área de Hidrología y Meteorología de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en la entidad, varios de esos embalses no podrán suministrar este año líquido de riego para cultivos.
Randeles señaló que hay presas duranguenses que están a 15 por ciento de sus aforos, entre ellas la Santa Elena, localizada en el municipio de Súchil, cuya agua se destina a agricultores de esa demarcación y de Vicente Guerrero.
Puntualizó que Santa Elena no tiene agua para darle a los ejidatarios porque no podemos sacarle más a la presa, no podemos dejarla vacía, siempre debe de tener algún porcentaje mínimo. Si se seca por falta de lluvia es diferente, pero nosotros no podemos dejarla vacía
.
En esa misma situación se encuentran labriegos del distrito de riego 052, pues la presa Peña del Águila está a 17.9 por ciento de almacenamiento, y su agua va al agro de los municipios de Durango y Nombre de Dios.
El embalse Guadalupe Victoria se ubica a 46 por ciento y no puede ofrecer líquido a la totalidad de los agricultores.
El funcionario explicó que existen otras presas mucho más pequeñas que no controla la Conagua, y son manejadas por los mismos cultivadores; actualmente están a 30 por ciento de su capacidad, y como los usuarios no se han puesto de acuerdo en el manejo del recurso, exigen al organismo federal que decida a quién se le otorgará.
Es algo muy difícil darles agua a todos; no les alcanza para la siembra y no habrá suficiente producción
, alertó Víctor Hugo Randeles.
Los labriegos de Durango comienzan a usar agua de las presas para sus riegos en abril. Según el titular del área de Hidrología y Meteorología de la Conagua, en los próximos tres meses no se esperan lluvias fuertes en Durango, y se pronostica que serán menores al promedio mensual.
Un ejemplo es enero, cuando el promedio histórico mensual de precipitaciones es de 18 litros por metro cuadrado y este año la cifra quedó en cero, pues no llovió nada. En febrero el promedio es de siete litros por metro cuadrado, y se espera que este año sea menor.
Randeles refirió que 2023 fue el segundo peor año en captación de agua de lluvia, con un déficit de casi 40 por ciento. El peor año para Durango fue 2011, cuando el déficit de agua pluvial fue de 55 por ciento.
Por lo pronto, al cierre de enero pasado, el Monitor de sequía de México de la Conagua indica que todo el territorio de Durango presenta algún nivel de sequía.
Hoy en día, 19 de los 39 municipios duranguenses padecen la denominada sequía excepcional, el grado más alto, incluidas los de la zona serrana, algunos del norte del estado y el que da nombre al estado.
Ocho demarcaciones están en sequía extrema, la mayoría de ellas ubicadas al norte de la entidad; nueve en sequía severa, incluidas las de la región lagunera, y de Los Llanos, la región de mayor vocación agrícola en el estado. Y tres se hallan con sequía moderada, el nivel más bajo: Lerdo, San Juan de Guadalupe y Vicente Guerrero.
Otra entidad totalmente en sequía es Chihuahua, según el monitor del fenómeno publicado el 5 de febrero. De los 67 municipios, 33 se encuentran en sequía excepcional, 30 en extrema y cuatro en nivel severo. Autoridades y agricultores prevén pérdidas mayores a 30 por ciento en cultivos de riego durante 2024 por la falta de agua.