Miércoles 7 de febrero de 2024, p. 3
Pachuca, Hgo., La presa El Durazno, ubicada en el municipio de San Agustín Tlaxiaca, se recuperó hace dos años de una sequía que la convirtió en un charco de unos cuantos centímetros de altura, pero se ha vuelto a agotar.
La corresponsalía de La Jornada en Hidalgo visitó el embalse el 3 de octubre de 2021, y verificó que luego de estar totalmente seco durante casi tres años, se llenó con las torrenciales lluvias que hubo ese mes y en septiembre.
No obstante, a los pobladores les duró muy poco el gusto, ya que de nueva cuenta la presa, que abarca 42 hectáreas y se ubica en el ejido Tornacuxtla, en los límites con Pachuca, volvió a quedar vacía, como se constató en un nuevo recorrido por la zona.
Aún hay restos de lo que fue un puente de piedra, que servía para que vecinos del Barrio de La Españita cruzaran el cuerpo de agua, el cual tenía una profundidad de diez metros de profundidad, pero al momento yace inservible luego de que hace 15 años lo destruyó una potente tormenta.
Cerca de la compuerta, el suelo presenta grietas como las que se perciben en otros embalses desecados. Algunos lugareños usaron la tierra para cultivar maíz y otros productos, en sitios donde de acuerdo con geolocalizadores satelitales está la mitad de la presa. Otros pastorean borregos y chivos en lo que era el lecho del depósito de agua.
En las orillas de lo que fue la presa hay un módulo de la Comisión Nacional del Agua. Habitantes dijeron que esas instalaciones están abandonadas. Asimismo, la malla perimetral del embalse está en mal estado, aparentemente por el impacto de un automóvil contra la cerca.
Otra presa hidalguense está a punto de quedar vacía, la llamada La Estanzuela, ubicada en la comunidad del mismo nombre, en el municipio de Mineral del Chico. Ahí también, lugareños pastorean ovejas y sólo quedan dos pequeños cuerpos de agua verdosa, uno en la orilla sur y otro en la norte.
Habitantes refieren que el embalse se quedó sin líquido en noviembre anterior y todo el terreno del área central, donde el agua llegó a tener una profundidad de 20 metros, está erosionado y con grietas. Gran parte del suelo es arenoso y los bordes lodosos asemejan pantanos.
Hace dos décadas la presa La Estanzuela era un lugar de esparcimiento para pobladores y turistas, ya que había truchas, mojarras y carpas que se podían pescar.