Nitrógeno, patógenos y plástico son los más comunes
Miércoles 7 de febrero de 2024, p. 2
París. La contaminación de las fuentes de agua agrava el problema de la escasez de recursos hídricos para la inmensa mayoría de la humanidad, hasta 3 mil millones de personas más de lo que se calculaba hasta ahora, según un nuevo informe publicado ayer.
La creciente contaminación provoca que los acuíferos sean inseguros
para los humanos y la vida silvestre, explicaron en un informe investigadores de Alemania y Países Bajos.
Hasta ahora, el panel de científicos climáticos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) había calculado que alrededor de la mitad de la población mundial enfrenta una escasez severa de agua durante al menos un mes al año.
Pero si se añade la contaminación causada por fertilizantes, que provoca un incremento de la tasa de nitrógeno en las aguas, el número de áreas afectadas por la escasez de agua aumenta drásticamente.
La contaminación del agua realmente se está convirtiendo en un problema más y más importante que hace que el líquido no sea seguro para la naturaleza y los humanos
, declaró el autor principal Mengru Wang, de la Universidad de Wageningen & Research.
Las actividades humanas están vertiendo grandes cantidades de nitrógeno, patógenos, productos químicos y plásticos en los sistemas hídricos.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, analizó las cuencas de los ríos de todo el mundo, que son fuentes clave de agua potable y centros de actividades urbanas y económicas.
Según sus modelos informáticos, el número de subcuencas –unidades más pequeñas en los cauces de los ríos– con una escasez severa de agua era el doble de lo que se pensaba hasta ahora y podría aumentar en las próximas décadas.
En lo que respecta a la contaminación por nitrógeno, los expertos estiman que en 2010 el número de subcuencas afectadas por el problema era de 2 mil 517, en lugar de 984.
Esa cifra podría aumentar hasta 3 mil 61 para 2050, según los autores, con lo que hasta 7 mil 800 millones de personas se verían afectadas, es decir, la gran mayoría de la humanidad (unos 9 mil millones de personas).
Pero, según el otro autor del estudio, Benjamin Bodirsky, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, con fertilizantes más eficientes, dietas más vegetarianas
y mejores redes de tratamiento de aguas, la situación podría incluso revertirse hasta cierto punto
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