Martes 2 de enero de 2024, p. 15
Sao Paulo., El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, dio a conocer medidas gubernamentales destinadas a proporcionar a las empresas beneficios fiscales para comprar maquinaria e invertir en transporte.
Las acciones forman parte del plan del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para reindustrializar
la mayor economía de América Latina, donde la producción sigue detrás de los niveles anteriores a la pandemia y más de 18 por ciento por debajo de su máximo de 2011.
Alckmin indicó en rueda de prensa que la primera medida establece un programa que reduce los impuestos sobre la renta aplicados a empresas de transporte para que inviertan en nuevas tecnologías, investigación y desarrollo.
El programa proporcionará beneficios por 3 mil 500 millones de reales (721.34 millones de dólares) el próximo año, pero aumentará gradualmente hasta alcanzar 4 mil 100 millones en 2028, dijo Alckmin, quien también es ministro de Desarrollo e Industria de Lula.
Esto atraerá inversiones a Brasil
, afirmó. Nuestro problema es la baja inversión y la baja productividad. Tenemos que actuar para aumentar ambas
.
El programa entra en vigor inmediatamente, pero debe recibir la aprobación del Congreso en un plazo de cuatro meses.
La segunda medida de Lula, anunció Alckmin, es un proyecto de ley enviado al Congreso, el cual ofrece 3 mil 400 millones de reales en beneficios fiscales para que las empresas renueven su maquinaria.
Las pérdidas de ingresos vinculadas a los beneficios fiscales se compensarían con los impuestos a la importación, mencionó el funcionario, incluidos los que gravan los vehículos eléctricos traídos del extranjero.
Por lo anterior, desde este lunes, Brasil volvió a aplicar impuestos a la importación de vehículos eléctricos, paneles solares y equipos de energía eólica.
El arancel para vehículos eléctricos importados aumentará en forma progresiva hasta 2026; el impuesto será de 10 por ciento a partir de este mes y subirá hasta 35 por ciento en julio de 2026. La producción sigue detrás de los niveles anteriores a la pandemia y más de 18 por ciento por debajo de su máximo de 2011.