en una velada para agradecer
Obra de Arturo Márquez dedicada al personal de salud que luchó contra el covid en la pandemia
Sábado 2 de diciembre de 2023, p. 4
La noche del jueves fue de alegría y gratitud en el Centro Cultural Roberto Cantoral, con el estreno mundial de la Cantata de la memoria y el amanecer, de Arturo Márquez, el compositor mexicano con mayor proyección internacional hoy día.
Fue, también, una noche de música y poesía, de encuentro entre amigos, pues la obra no sólo basa sus cinco movimientos en igual número de poemas del escritor Saúl Juárez (Morelia, 1957), sino que además es resultado de la amistad entre ambos creadores y los músicos que participaron en la interpretación.
Un proyecto de esta naturaleza sólo se puede hacer con nuestros queridos amigos, no hay de otra. Siempre que empezamos proyectos así, sabemos que es para unirnos con nuestros más queridos, y todos los que estamos aquí lo somos desde hace mucho tiempo
, expresó Arturo Márquez al concluir la pieza y agradecer a Saúl Juárez sus textos, al director de orquesta Eduardo García Barrios, quien dirigió la obra, y a los chavos y chavas de la Chávez
, la Orquesta Escuela Carlos Chávez, que se encargaron del estreno.
Antes, como preámbulo al concierto, el músico sonorense (Álamos, 1950) subió al escenario para explicar que ésta sería una velada para agradecer
, ya que la cantata, además de una oda a la vida, es una muestra de gratitud.
La pieza, dijo, está dedicada a los esfuerzos de todo el personal de la salud, que en los momentos más críticos de la pandemia por el covid-19 conformó el primer frente de batalla.
Desde un inicio, son mis reflexiones sobre la salud, porque Saúl me mandó muchos de sus textos en los que reflexionaba sobre la pandemia. Así que he estado todo este año dedicado a estudiar esos textos y encontrarles una propuesta musical
, agregó el compositor.
Además, estoy muy agradecido, como creo que todos estamos, con la vida, por estar aquí, y con todas esas personas (personal médico y de enfermería) que se dedicaron a cuidarnos tantos meses. La obra, pues, tiene que ver con la celebración, con la esperanza, con la luz, con tantas cosas; es un gracias a la vida, como dice Violeta (Parra).
Con duración de poco más de 25 minutos, esta nueva pieza del maestro Márquez es de factura poderosa y emocional, redentora, con pasajes muy tersos, sutiles, y otros en extremo energéticos y festivos. De la mano de los textos de Saúl Juárez, es un tributo a la vida, al amor, la esperanza y el porvenir, así como a aquellos que fallecieron por la pandemia.
Está escrita para una rara dotación: ensamble de metales y percusiones y coro sinfónico. Su complejidad es alta, en específico para el coro, según el autor, quien aclaró que se trata de una fanfarria coral, porque las voces cantan como metales
.
Como en muchas de las partituras de Arturo Márquez, en ésta lo popular, la tradición y lo clásico están presentes, de acuerdo con Eduardo García Barrios: Hay algo de himno, más allá de que el tercer movimiento es guapachoso, hay algo de música ancestral, antigua, primigenia, con el uso de la armonía y el contrapunto
.
En el estreno mundial de la Cantata de la memoria y el amanecer participaron los ensambles de metales y percusiones de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, así como el Ensamble Escénico Vocal y el Coro Sinfónico del Sistema Nacional de Fomento Musical.
La obra compartió programa con Fractalia, pieza para marimbas del compositor y percusionista estadunidense Owen Clayton Condon, y Mosaico, pequeña suite para metaleros, de Dmitri Dudin. El concierto se repite hoy a las 13:30 horas en Los Pinos, con entrada libre.