Miércoles 29 de noviembre de 2023, p. a10
Referente de la pelota vasca en la década de los 90 y principios del siglo XXI, Javier Marín, el Manos Locas, falleció el lunes a los 57 años a causa de una insuficiencia pulmonar. El hijo pródigo de San Juan Ixtayopan golpeó su última pelota y con ello dejó un enorme legado a la disciplina que incluye tres subcampeonatos mundiales (1994, 2002, 2006), así como tres títulos panamericanos
El pelotari fue, junto con Fernando Medina, El Momo, un talento de exportación de la delegación Tláhuac, cuna de algunos de los mejores frontenistas del país.
Sus partidos ante los mejores del mundo representaban todo un espectáculo por la precisión y fuerza de sus golpes. No en vano su apodo. Marín se convirtió en una figura a seguir en su natal San Juan, de donde también surgieron los medallistas Carlos Vallejo, La Momia, y Matías Jiménez, entre otros. Sus inicios en la pelota se dieron siendo un niño cuando acompañaba a sus padres y tíos al frontón. En una cancha de 30 metros y con los jugadores españoles como sus figuras a seguir, Marín comen-zó su romance con la disciplina.
Manos Locas practicó el frontón modalidad tres paredes para ganar fuerza y el trinquete para la velocidad. Pronto comenzó a destacar a escala internacional y a participar en Campeonatos Mundiales y Juegos Panamericanos.
Recuerdo mucho que mi mentalidad era ganar cada partido y, si me iban a derrotar, al menos les costara mucho trabajo. No me gustaba perder y menos si los juegos eran en casa y ante mi afición
, di-jo en una entrevista.
Su delgada figura lo obligó a desarrollar un perfecto golpe de bolea que lo ayudó a contrarrestar la altura y peso de sus adversarios. Te-nía que encontrar una forma de ganar sin que me vencieran por su altura o peso, la pelota vasca me ayudó a pensar de forma inteligente
.
En sus últimos años de vida Javier Marín se dedicó a la enseñanza en su natal Ixtayopan. Su influencia fue tal que cientos de alumnos y ex compañeros externaron sus condolencias a su familia. Entre sus principales logros como instructor destacan una medalla de plata en Copas del Mundo. Uno de sus pendientes fue la formación de escue-las de pelota vasca en Tláhuac, objetivo que se trazó desde que comenzó su etapa de entrenador.
En una de sus últimas charlas con medios de comunicación, Manos locas expuso su confianza en el desarrollo de la disciplina en el país. El pelotari mexicano puede llegar adonde quiera siempre y cuando se comprometa y tenga una menta-lidad fuerte. Tenemos honor y gallardía y eso es lo más importante.