La quiebra de WeWork
a quiebra de una empresa no necesariamente significa su desaparición, sino una nueva oportunidad para su desarrollo. Algunas no tienen remedio por ser obsoletas o porque no se invierte en su recuperación. Pero otras tienen futuro a pesar de sus deudas.
Aunque los pasivos sean superiores a los activos, muchos proyectos productivos pueden salir adelante al aumentar su capital o cambiar de dueño. Este es el espíritu del Chapter Eleven (artículo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos), un proceso de negociación para mantener en pie a las compañías.
Hay firmas como Televisión Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, que rechazan la aplicación del 11 Chapter Eleven porque los accionistas pueden perder el control del negocio si no pagan lo que deben.
WeWork, fundada por Adam Neumann, llegó a valuarse en 47 mil millones de dólares, pero ese precio era puro sueño, ya que no contaba con un proyecto sólido. Hace unos días se acogió a la Ley de Quiebras y lo que pretende Softbank, accionista mayoritario, es reducir deudas y renegociar contratos de arrendamiento.
Esta firma, que renta espacios amueblados para oficinas, ha tenido una historia tormentosa. Su fundador gastó millones de dólares en fiestas, viajes de placer a todo lujo y la compra de un avión. En este derroche, descuidó las finanzas y perdió el capital de los accionistas institucionales.
Años después Softbank tomó el control y, pese a los malos manejos de Neumann, le pagó una indemnización multimillonaria y mantuvo el proyecto original de ofrecer oficinas de lujo, con servicios incluidos, en grandes ciudades. En México tiene 25 edificios.
Dos son los problemas sustanciales de WeWork: su cuantiosa deuda y los espacios que contrató en arrendamiento hasta por 20 años a altos costos, mientras sus clientes tienen contratos cortos.
Producto de la pandemia y del trabajo en casa, la renta de oficinas se desplomó, los ingresos de la firma son menores a los gastos y no alcanzan ni para pagar los intereses de sus deudas.
Parece que WeWork saldrá adelante bajo el paraguas del Chapter Eleven, pero con grandes pérdidas para sus accionistas.