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La marcha de la economía mexicana: la primera
I

niciemos nuestra reflexión sobre la economía en nuestro país, retomando –como en el caso estadunidense– su deuda. No solamente la pública, muy importante, también la privada. Con fines comparativos tomaremos datos internacionales y, cuando sea el caso, aclararemos diferencias con los oficiales.

En la nomenclatura del Instituto de Finanzas Internacionales, del World Economic Forum y del Fondo Monetario Internacional (www.iif.com, www.weforum.org, www.ifm.org) se distinguen cuatro sectores de deuda. Los consideraremos detenidamente.

Deuda privada, compuesta de tres grupos diferenciados: hogares, empresas no financieras y empresas financieras, y deuda pública. En este caso es importante reconocer –lo haremos en su momento– los componentes federal, estatal y municipal. Y el caso específico de empresas públicas. Respecto a estos últimos –por cierto, y en conversación muy ilustrativa con compañeros especialistas– es importante considerar algunos pasivos que afectan radicalmente el comportamiento de dichas empresas públicas.

En nuestro caso, de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad. Sí, tendremos que trabajar esos pasivos y desentrañar lo que significan para el presente y el futuro de nuestras dos empresas constitucionales.

Ante todo, los llamados pasivos por arrendamiento, de registro obligado en las normas internacionales para elaborar los estados financieros. Corresponden a los activos por derecho de uso, a saber, activos que no son propiedad ni de Pemex ni de CFE, pero sus productos sí lo son. Lo veremos detenidamente.

Asimismo, los pasivos laborales (aproximadamente 65 mil millones de dólares en el caso de Pemex y 22 mil millones de dólares en el caso de la CFE) llamados también en beneficios a empleados. Pero ya ofreceremos un panorama más detallado, con base en los últimos estados financieros auditados y publicados oficialmente. Por lo pronto hoy, sólo tomemos los números gruesos de deuda publicados por los organismos señalados, justamente para abordar –en algún momento– algunas comparaciones internacionales.

Así, según datos internacionales, la deuda total de México es del orden de los mil 502.2 miles de millones de dólares. Representa 90 por ciento del producto interno bruto (PIB). El sector más endeudado es el gubernamental (casi 700 mil millones de dólares, sin incluir esos pasivos por arrendamiento, indicados antes) con 45 por ciento de la deuda total, correspondiente a poco más de 40 por ciento del PIB. El segundo sector más endeudado es el privado empresarial, con poco más de la tercera parte de la deuda total (casi 525 mil millones de dólares). El sector empresarial no financiero concentra más de la cuarta parte de la deuda total de México (supera ya 400 mil millones de dólares). Y el sector empresarial financiero poco más de 10 por ciento de la deuda total del país (casi 160 mil millones de dólares). Finalmente, los hogares de México concentran la quinta parte de la deuda (casi 300 mil millones de dólares).

¿Cuál es la relevancia global y particular de la deuda en cada caso? Es importante analizarlo. Lo haremos. Como también analizaremos los montos del servicio –a veces sólo estimados– y carácter virtuoso o vicioso de la deuda, según la mayor o menor capacidad de pago que tiene el sector endeudado, muchas veces a raíz del destino específico del endeudamiento.

Lo veremos. De veras.

NB No negaré mi gusto por la nominación como rector de la UNAM de Leonardo Lomelí Vanegas. Buen alumno, buen profesor, buen director de nuestra querida Facultad de Economía y buen Secretario General. Elaboró un buen programa de trabajo. Ambicioso. ¡Enhorabuena! Esperamos mucho de su gestión, con la que, sin duda, muchos estamos comprometidos.