Al atender la emergencia generada por el huracán Otis en Guerrero, el gobierno del país debe distinguir claramente cuál ayuda se necesita de forma urgente (entre ellas la comida, la vivienda y los servicios básicos) y cuál es de mediano y largo plazos (como la recuperación de las actividades productivas), además de decir con toda franqueza cuánto tiempo tardará en restablecer la normalidad en la zona, afirmó Gregorio Vidal Bonifaz, profesor del departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa.

Llamó a las autoridades a usar de manera preferente los recursos que da la banca pública nacional en vez de recurrir al endeudamiento externo, que en este momento puede ser más difícil de pagar.

Cualquier esfuerzo para ayudar en esta zona de Guerrero, que no sólo es Acapulco, debe considerar primero lo urgente, que es dotar de condiciones de vida mínimas a amplios grupos de la población, con el acceso al agua, los alimentos y un lugar donde puedan permanecer seguros, además de habilitar cuanto antes los servicios de electricidad, drenaje e Internet”, señaló el académico en entrevista con La Jornada.

En esta labor se debe informar a la gente “cuáles son los plazos en los que se va a lograr la recuperación, porque si no, eso incita a la desesperación y la desconfianza. Es mejor decir: ‘nos vamos a tardar dos meses en restablecer la electricidad en toda la zona’, a decir que va a estar en 15 días y no sea así”.

Una vez resueltas las necesidades más imperiosas, ya viene la reconstrucción a mediano y largo plazos, que tiene varias dimensiones, entre ellas la vivienda y el tema de los negocios, empresas y comercios, y uno de los sectores es la hotelería, pero éste es mucho más amplio y vasto. Hay una profunda desigualdad, por lo que los pequeños comercios de servicios turísticos no tienen seguros para hacer frente a la emergencia.

Luego de enfatizar que si no le das un mínimo soporte a las familias que lo han perdido todo, generas un desastre social aun mayor, Vidal puntualizó que una de las vías de solución es el otorgamiento de créditos a negocios afectados, pero en condiciones que no sean las del mercado, porque estamos en un escenario de tasas de interés altas.

Para todo ello, aseveró, sería preferible utilizar a la banca pública del país y no a la internacional, pues la deuda externa debe pagarse en dólares y las fuentes de obtención de esa divisa no son tan fáciles de alcanzar en este momento para el país.