Los Cascabeles de Arizona alcanzaron su segunda Serie Mundial en 25 años, y lo consiguieron con dramatismo ante los Filis de Filadelfia (4-2) en el último juego de la serie de Campeonato de la Liga Nacional.

No importó la presión que ejerció el público local. Los dirigidos por Torey Lovullo mostraron su mejor beisbol en los últimos dos partidos, para sacar a flote la contienda ante la mejor ofensiva de la postemporada.

En contraste con equipos que tienen más tiempo en Grandes Ligas, los de Arizona, desde su fundación en 1998, han logrado consolidar un proyecto que los llevará a disputar se segundo Clásico de Otoño. La última vez que lo hicieron fue en 2001 y vencieron a los Yanquis de Nueva York.

Esta vez enfrentarán a los Rangers de Texas en busca de acrecentar su palmarés. El viernes por la tarde arranca el primero de la serie, a ganar cuatro de siete.

A diferencia del título por la Liga Americana, la contienda en la Nacional fue dramática hasta los últimos instantes.

Ninguna de las dos novenas dieron indicios de ceder terreno. Al contrario, el duelo entre abridores mantuvo el juego cerrado, pese al poder ofensivo de ambos equipos.

Del lado de Arizona, Brandon Pfaadt, aunque permitió dos carreras, propinó siete ponches en las cuatro entradas que participó.

Ranger Suárez, por su parte, no se quedó atrás y obsequió siete chocolates en el mismo número de capítulos que Pfaadt. Sin embargo, recibió tres anotaciones.

Sus sucesores aumentaron la precisión en sus envíos y mantuvieron en cero sus actuaciones hasta que José Alvarado no pudo dete-ner los embates de los Cascabeles enla séptima.

Con hombres en segunda y tercera base, Cobin Carrol le pegó un elevado de sacrificio para que Geraldo Perdomo ingresara a home y Arizona aumentara su ventaja 4-2.

La marea roja debía presionar. No había momento para el después. Así se lo pedía su afición, con gestos de efusividad y dramatismo.

La diferencia era corta y respondieron con par de hits de Kyle Schwarber y Cristian Pache. De a poco se iban acercando. No obstante, el pitcheo contrincante, con Kevin Genkil, fue determinante para apagar la euforia de los presentes, que para este punto veían el partido arriba de sus butacas.

Así era la intensidad que se anidaba en el Citizens Bank Park. El objetivo era claro para Filis, conseguir por segundo año consecutivo el pase a la Serie Mundial. El año pasado cayeron con los Astros de Houston, por lo que buscaba su revancha.

No obstante, la franquicia de Rob Thomson no encontró la fórmula para hacerle daño a los lanzamientos de los Cascabeles, que presentó su mejor fortaleza en sus serpentineros.

Cuatro rescatistas, entre ellos Paul Sewlad, quien fue el encargado de ponerle el cerrojo a sus rivales, formaron una barrera infranqueable en la lomita para que los nuevos campeones pudieran descorchar el clásico champagne en esta inolvidable noche.

Los Filis tendrán que meditar durante el receso previo a la próxima campaña cómo dejaron que se les escapara lo que hubiera sido un segundo viaje seguido a la Serie Mundial. Filadelfia volvió a ca-sa necesitado de un sólo triunfo para hacerse del título del viejo circuito, pero no lo pudieron concretar.

Alek Thomas, con dos jonrones en la Serie de Campeonato, será el único mexicano que verá acción en la disputa por el trofeo.