Acción global por los indígenas
Norma Piña, maniobra bajo el agua // Creel, otra versión del Jefe Diego // EU, ¿pacifista
?
on los votos a favor del bloque encabezado por Morena y en contra de los partidos de la derecha, la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación que obligará a extinguir 13 fideicomisos, donde hay disponibles 15 mil 434 millones de pesos. Estos fideicomisos son usados primordialmente para el pago de pensiones fuera de la ley, pues son adicionales a las otorgadas por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), pero también incluyen rubros tan escandalosos como el pago de mantenimiento de las casas de magistrados y jueces que en modo alguno requieren dichos apoyos, pues ya perciben sueldos y prestaciones obscenamente elevados, en muchos casos en abierta violación a la Constitución.
La guerra siempre es absurda, opina
n niñito de cinco años, limpio de mente y amoroso de corazón, podría ver a su vecino de enfrente como un posible compañerito de juegos, pero si le dicen que es israelita y que ese vecinito de enfrente es palestino y que palestinos e israelitas son enemigos y están en guerra, entonces ese niñito se verá a sí mismo como israelita y a su vecino como palestino y no como dos niños que podrían ser compañeritos de juego.
os conflictos entre países, las disputas por los recursos de comunidades indígenas, la desaparición forzada de personas y los feminicidios, entre otras situaciones que se viven cotidianamente, son expresiones de la violencia en distintos niveles; ante ello, la noción de derechos humanos y paz pareciera desvanecerse. La cultura de paz es un elemento fundamental para ejercer nuestros derechos humanos, por lo que su vulneración implica una limitante para su protección y promoción.
l debate sobre la globalización neoliberal ha subrayado la desglobalización vinculada a la pospandemia, la interrupción de las cadenas de suministro, la concentración de la producción mundial en China, guerra fría tecnológica Estados Unidos-China (semiconductores), reversión de la deslocalización de procesos de producción y emergencia de la relocalización (nearshoring). Hoy se mudan establecimientos del país de origen (o de donde se hayan asentado) a otros cercanos con costos comparativos más bajos. La relocalización en México abre oportunidades a empresas de diferentes ramas portando el gran desafío de no repetir los altos costos sociales del modelo maquilador.
n país Z invade un enclave ocupado por la población del país vecino Y, víctima del primer genocidio del siglo XX (en el que estaban descritos como microbios dañinos
) y con armas suministradas por el país W, que perpetró aquel genocidio, y por el país V, cuya nación ha sido víctima del siguiente, el más grande genocidio más tarde (en el que estaban descritos como subhumanos
) y en una operación antiterrorista
retoma el territorio que, según el derecho internacional, le pertenece, pero en el que la población mayoritariamente étnica ejercía su derecho a la autodeterminación por vía de una republiqueta
no reconocida, desencadenando −ante la indiferencia de todo el mundo y la larga historia del odio nacionalista y deshumanización− el éxodo poblacional, en efecto una autolimpieza
étnica. El país V, en respuesta al brutal ataque de militantes de un enclave de un país U, que está sujeto a un igualmente brutal despojo colonial y ocupación militar más larga de los siglos XX-XXI –y que cuenta sólo con reconocimiento internacional parcial–, al asegurar que está combatiendo terroristas
y ante la indiferencia de la comunidad internacional, aplica (por enésima vez) el castigo colectivo a la población civil (descrita como animales humanos
) bombardeando el enclave y preparándose para una operación terrestre en vistas de realizar (por fin
), una limpieza étnica. Mientras tanto, un país X, cuya parte está invadida y ocupada ilegalmente por un país T y que mantiene buenas relaciones con los países W y Z (incluso celebrando su victoria
), malas con el país Y (visto como aliado histórico de su invasor) y que cuenta con apoyo mundial/mediático para su resistencia (el ocupante nunca debería sentirse seguro
), se solidariza con el país ocupante V, asegurando incluso que quiere ser como él cuando acabe la guerra
, a pesar de que algunos idealistas quieren que, por ser víctima, se identifique con el país U.
n septiembre de 1993, en el jardín de la Casa Blanca, el presidente Clinton miraba satisfecho cómo el presidente de Israel, Rabin, y el líder palestino, Arafat, firmaban un acuerdo de paz destinado a cambiar el curso de confrontación que hasta entonces había prevalecido en la región. El acuerdo, además de introducir un elemento pacificador, incluía la devolución a los palestinos de terrenos de la ribera occidental del río Jordán y apuntaba a la creación de dos estados, en seguimiento del acuerdo de la ONU. Sin embargo, dos años más tarde, la derecha (Likud, donde destacaba Netanyahu) denostaba a Rabin por su postura, y poco después (1995), el presidente israelí moría asesinado a manos de un extremista judío. Netanyahu se convirtió luego en primer ministro (1996), Israel retomó una actitud dura contra los palestinos y, por el otro lado, se fortalecieron las organizaciones más extremas.
os asesinatos, las muertes violentas, son siempre condenables. Lo son mas aún cuando son producto de extremismos. La simpatía y la solidaridad con las víctimas judías y palestinas recientes son mucho más significativas para un mexicano que registra con dolor y estupefacción los más de 100 mil muertos y desaparecidos, producto de acciones criminales en nuestro país.