Miércoles 4 de octubre de 2023, p. 31
Albany. El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, informó ayer que viajará a América Latina para tratar de convencer a la gente de no pedir asilo en su ciudad, mientras pasa apuros para manejar la afluencia masiva de migrantes que ha desbordado su sistema de refugios y agotado sus recursos financieros.
Adams tiene previsto visitar México, Ecuador y Colombia durante una gira de cuatro días. La ciudad estadunidense ha acogido a cerca de 120 mil migrantes en el último año, y cientos llegan a diario.
Queremos ofrecer una evaluación honesta de lo que estamos experimentando aquí en esta ciudad
, comentó Adams, y alertó: “estamos al límite de nuestra capacidad.
Les vamos a decir que venir a Nueva York no significa que se van a quedar en un hotel de cinco estrellas. No significa que, por el mero hecho de venir aquí, automáticamente se les vaya a permitir trabajar
, explicó.
El alcalde ha hecho varias peticiones urgentes para hacer cambios en la política federal de migración y esperando recibir fondos que ayuden a gestionar la llegada de indocumentados, lo que, según él, podría costar a la ciudad 12 mil millones de dólares por el alquiler en hoteles, la construcción de nuevos albergues de emergencia y la prestación de asistencia pública a los solicitantes de asilo.
Además, ha endurecido las normas para brindar albergue en Nueva York, limitando la estancia de los migrantes adultos a sólo 30 días en las instalaciones operadas por el gobierno de la ciudad, pese a que un fallo judicial lo obliga a proporcionar refugio a cualquiera que lo solicite.
La gira por América Latina comienza hoy en México. Adams asistirá al North Capital Forum y se reunirá con funcionarios de gobierno en busca de soluciones. Posteriormente viajará a Ecuador y Colombia. Finalmente visitará la región selvática del Darién, peligroso tramo de la ruta que muchos migrantes atraviesan en su camino hacia Estados Unidos.
Un creciente flujo de migrantes, muchos flagelados por fiebre, vómitos y diarrea, llega cada día a Paso Canoas, en la frontera entre Costa Rica y Panamá, tras cruzar la zona del Darién. Familias completas atraviesan a pie la frontera con Panamá hasta el campamento improvisado en un antiguo aeródromo en Paso Canoas, 300 kilómetros al sur de San José, donde arriban agotados por la travesía, el calor y la alta humedad.
En este lugar toman alguno de los más de 50 autobuses, que cuestan 30 dólares por pasajero, hasta la frontera con Nicaragua. Los que no tienen dinero se quedan varados en una tierra que con lluvias estacionales se torna cada día en un barrizal a la espera de que les manden una transferencia.
En la crisis migratoria de Europa, al menos 280 migrantes llegaron ayer a una isla del archipiélago español de Canarias, a través de una de las rutas más peligrosas del mundo, indicaron a la agencia noticiosa Afp los servicios de rescate marítimo.
Se trata del mayor número de pasajeros en una sola embarcación llegados a Canarias, puerta de entrada a Europa para muchos migrantes. Los indocumentados, de origen subsahariano, según los rescatistas, fueron atendidos desde su llegada.
En este contexto, Polonia, República Checa y Austria anunciaron que aplicarán mayores controles en sus fronteras con Eslovaquia para frenar el flujo de solicitantes de asilo.