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Exhibición presenta a Lourdes Grobet como una artista de amplio espectro

Crear sin miedo se aloja en la Casa del Lago // Repasa varias etapas en la trayectoria de la fotógrafa

Foto
▲ En el imaginario colectivo, Lourdes Grobet era retratista de lucha libre; sin embargo, su obra abarcó aspectos más amplios. El propósito de la muestra en la Casa del Lago es dar a conocer otros proyectos en los que trabajó.Foto Casa del Lago
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de octubre de 2023, p. 3

La fotógrafa Lourdes Grobet (1940-2022) quedó grabada en el imaginario popular como retratista del mundo de la lucha libre. Sin embargo, la exposición dedicada a su obra, Crear sin miedo, que se presenta en la Casa del Lago Juan José Arreola, tiene como premisa darla a conocer en un aspecto más amplio: en su calidad de una artista que empleó la fotografía sólo como una más de sus herramientas creativas.

Grobet no hacía fotos, sino que trabajaba por proyectos, de los que se enamoraba. De allí la duración de los mismos: acompañó a la lucha libre durante 30 años y al Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, por cinco lustros, refirió Víctor Muñoz, cocurador con Beruz Herrero, acerca de la muestra con la que la Universidad Nacional Autónoma de México rinde homenaje a esta figura precursora del arte contemporáneo.

Crear sin miedo está integrada por más de un centenar de piezas, entre fotografías, videos, documentos, objetos personales y una instalación, provenientes del archivo personal de la artista que resguarda su familia. Revisa diversos momentos de su trayectoria, que abarcó cinco décadas. Los tres ejes temáticos principales son archivo, experimentación visual y luchas en familia.

Grobet estudió artes plásticas en la Universidad Iberoamericana, donde descubrió su creatividad junto con Mathias Goertiz. En una cita reconoce a tres maestros de su primera época: Goeritz, quien me enseñó lo lúdico, la diversión; a Gilberto Aceves Navarro, con quien aprendió la libertad, pintar usando el cuerpo, y El Santo, el Enmascarado de Plata, porque, verdaderamente, conocer a este señor fue para mí descubrir el mundo.

En cierto momento, Grobet decidió hacer a un lado la pintura, porque “para el presente que vivía no era suficiente. Dijo: ‘tengo que aprender fotografía’. En los años 70 del siglo pasado no había escuelas de foto en México; entonces, se fue a Inglaterra a estudiar”, precisó Muñoz, compañero de Grobet en el Grupo Proceso Pentágono.

De esa época son sus primeras fotos de la serie Paisajes pintados, iniciada como un proyecto de fin de curso. A Lourdes no le gustaba el paisaje de Inglaterra, porque no había color. Con sus hijos decidió tomar unos botes de pintura de agua, ir a pintar las rocas para que el paisaje tuviera color, y sacar las fotos. En eso apareció el dueño del terreno invadido, quien, enojado, llamó a la policía; incluso, quiso llamar al siquiátrico porque pensaba que Lourdes estaba loca. La junta de profesores decidió que lo suyo no era fotografía y la reprobaron. Lourdes sabía muy bien lo que hacía; estaba más allá de los profesores, aseguró Muñoz.

Grobet continuó Paisajes pintados en México, donde cambió al descubrir si dejaba el obturador de la cámara abierto en la noche podía iluminar plantas, árboles; incluso, utilizar láminas translúcidas de color para este juego.

Experimental y provocadora

Otra propuesta provocadora es la serie Cubanos fuera de Cuba, surgida de una invitación de la sexta Bienal de Arte de La Habana. Grobet aceptó; sin embargo, su proyecto consistió en entrevistar y retratar a inmigrantes cubanos en México y Miami. Las fotos, que no permiten reconocer a la persona, se acompañan de testimonios escritos. La serie causó gran escándalo, recordó Muñoz.

En 1975, realizó la acción Hora y media en Casa del Lago, con la colaboración de Marcos Kurtycz, porque en el medio fotográfico mexicano había una especie de conservadurismo. De una caja forrada de papel aluminio emergió Grobet, cuya figura fue captada en tres momentos diferentes por Kurtycz. Luego, se apagaron las luces mientras la dupla reveló e imprimió las imágenes que fueron colgadas en el muro. Al encenderse las luces, las imágenes empezaron a desaparecer, porque con todo el propósito del mundo no fijaron el revelado. La postura de Lourdes era que la fotografía es algo tan efímero como la vida; no la fetichicemos. No quería ser vanguardista, sino que era muy crítica, y no le gustaban las cosas solemnes, indicó el curador.

Su participación en la creación colectiva De mugir a mujer: Imaginerías de siete, también fue provocativa. La acción de Grobet consistió en que se iba desprendiendo de las fotografías que cubrían su cuerpo, las cuales fueron captadas por Manuel Zavala de un striptease anterior realizado por la artista.

La instalación Bering nació de los viajes que Grobet hizo a este estrecho localizado entre Siberia y Alaska, con el propósito de replantear la llegada del hombre al continente americano, consiste en videos y un juego digital.

La exposición Lourdes Grobet: Crear sin miedo permanecerá hasta el 10 de marzo de 2024 en Casa del Lago, Bosque de Chapultepec, primera sección.