Venecia. Sem coraçao es una película brasileña a concurso en la sección Horizontes del 80 Festival Internacional de Cine de Venecia, la Mostra, filmada a partir de una idea inusual de sus autores, Nara Normande y Tiao: prolongar la historia de su primer cortometraje.

Sin corazón es el apodo que recibe una chica con un marcapasos, objeto de intriga y deseo para toda una pandilla de amigos en una playa del noreste brasileño.

Hija de un pescador, Sin corazón se presta a la iniciación sexual de los chicos, pero detrás de su silencio se intuye una voluntad férrea, que cautiva a otra chica de su edad, Tamara.

“El corto se llamaba también Sin corazón y lo hicimos en 2014. Fue una experiencia muy bonita con los actores”, explicó en entrevista Nara Normande, de 36 años.

El personaje existía durante mi infancia. No la conocí, pero oí hablar de ella, agregó.

La playa, los juegos, la crueldad y la inocencia de la adolescencia se mezclan en una película con tonos oníricos, ambientada en 1996.

Sin corazón está interpretada por Eduarda Samara, una joven que Nara Normande y Tiao eligieron inmediatamente, el primer día de casting del corto.

El carisma de Samara era tal que tras acabar el cortometraje siguió con la carrera de actriz, con un papel en Bacurau, éxito del cine brasileño en 2019.

Normande y Tiao no tenían suficiente con su primera colaboración, que ganó un premio en el Festival Internacional de Cine de Cannes. La historia pedía más minutos.

El contacto con Samara fue muy fuerte y salimos de ahí con la sensación de que podíamos contar más cosas, porque es un universo muy grande. Es un universo con muchos contrastes, añadió la directora.

Los jóvenes han crecido, años después. Algunos se han vuelto pequeños delincuentes.

Entra en escena la otra protagonista del largo, Tamara (Maya de Vicq), prima de la codirectora en la vida real.

"Los adolescentes viven, descubren, ¿cierto?, de alguna manera, todo es mucho más inocente. Cuando eres adulto, ya no te ves de la misma manera”, concluyó Tiao.