Las afectaciones causadas por los sismos del 6 de febrero en Turquía y Siria pueden desembocar en una situación de crisis humanitaria, pues desde antes de los movimientos telúricos, las zonas dañadas –en particular en el último país– ya tenían la presencia de miles de personas refugiadas y una gran precariedad económica, advirtió Carlos Martínez Assad, investigador emérito de la UNAM.

Los temblores afectaron a la zona sur de Turquía, y eso preservó a ciudades como Estambul y Ankara, pero en Siria es diferente, pues al perjudicar la región noroeste, podemos entrar en una crisis humanitaria, ya que de por sí son territorios afectados por la guerra y que no están bajo el dominio del gobierno sirio de Bashar el Assad, explicó en entrevista.

La región fronteriza de ambos países, añadió el coordinador del Seminario Universitario de Culturas del Medio Oriente de la UNAM, es una de las zonas con menores ingresos per cápita (del mundo), con la presencia de miles de personas en tránsito, muchas de las cuales son migrantes que tratan de salir hacia Turquía para llegar a Europa.

Se trata de una población de por sí vulnerable que vive en campamentos y tiene dificultades para sobrevivir desde hace más de 11 años que comenzó la guerra en Siria. Además, es una región con una de las mayores densidades demográficas, por las altas tasas de natalidad que hay.

De acuerdo con Martínez Assad, en la zona se vive algo que podríamos calificar de apocalíptico, porque, además, los sismos impiden el flujo del gas y los hidrocarburos que alimentan a la región, que vienen desde Azerbaiyán, Ucrania y otros países, y esa falta de suministro se va a resentir inevitablemente.

En el caso de Turquía, señaló, las afectaciones por los temblores son un golpe político muy fuerte, porque estamos a tres meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias, y esto generará cambios y un revés para el actual gobierno, que estaba enfocado en celebrar en octubre el centenario de la fundación del Estado turco.

Otras zonas de desastres

El experto lamentó también que otros desastres naturales estén recibiendo mucha menos atención mediática, como las inundaciones en Pakistán, que han dejado al menos 8 millones de personas desplazadas y pérdidas económicas que podrían ser incluso mayores a las generadas por los terremotos en Siria y Turquía.