campaña sin precedentescontra su Copa
Miércoles 26 de octubre de 2022, p. a12
Doha. El emir de Qatar arremetió ayer contra las críticas a su país por la organización de la Copa Mundial, que describió como una campaña sin precedentes
contra la prime-ra nación árabe que alberga el máximo torneo de futbol.
Desde la victoria de su candidatura, hace una década, Doha ha sido cuestionada y criticada por su trato a los trabajadores migrantes y a la comunidad LGBT, entre otras cuestiones.
Qatar ha rechazado las críticas de forma reiterada, e insiste en que ha mejorado la protección a los empleados migrantes y afirma que los argumentos en su contra están desactualizados.
En un discurso ante el organismo legislativo del emirato, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani señaló ayer que Qatar se ha visto sometido a una campaña sin precedentes que ningún país anfitrión había enfrentado nunca, la cual incluye invenciones y dobles raseros tan agresivos que por desgracia hicieron que mucha gente se preguntara los motivos y razones reales
.
Grupos de derechos humanos han reconocido que Qatar mejoró su legislación laboral, por ejem-plo al introducir en 2020 un salario mínimo mensual de 275 dólares y desmantelar el sistema kafala
, el cual impedía a los trabajadores cambiar de empleo o abandonar el país sin consentimiento de sus patrones. Sin embargo, los activistas piden más reformas.
En los últimos meses también ha crecido la presión por criminalizar la homosexualidad. La ley local contempla una pena de prisión de entre uno y tres años para adultos condenados por relaciones entre el mismo sexo consentidas.
No obstante, Doha ha dicho que las puertas están abiertas para todos en el Mundial, incluyendo hinchas LGBT, pero que los visitantes deben respetar la cultura conser-vadora del país, donde los despliegues públicos de cariño –incluso entre heterosexuales– son un tabú.
Por otra parte, un activista gay británico fue detenido ayer por la policía durante 49 minutos por manifestarse frente al Museo Nacional de Qatar por la situación de esa comunidad en dicho país.
Peter Tatchell, de 70 años, dijo que estuvo 35 minutos
con una pancarta que decía Qatar detiene, encarcela y somete a las personas LGBT a (terapias de) conversión. #QatarAntiGay
antes de ser retenido por las fuerzas de seguridad.
En tanto, los problemas de alojamiento en la sede más pequeña que ha tenido un Mundial no se limitan a los visitantes. La llegada de grandes cantidades de aficionados ha hecho que los precios de los alquileres se disparen por las nubes y lleguen a niveles inalcanzables para los residentes en el emirato.
Los dueños se aprovechan de la situación y no hay recursos para apoyar a los residentes permanentes
, declaró Mariam, británica de 30 años que tuvo que dejar su departamento al vencer su contrato en septiembre, porque el dueño subió el alquiler de cinco mil ryiales cataríes (unos mil 370 dólares) a 20 mil (5 mil 490 dólares).