Tula de Allende, Hgo., Elementos de la policía estatal impidieron el avance de seis autobuses y cinco vehículos rotulados como taxis, la madrugada del martes, en los cuales viajaban cientos de personas procedentes de la Ciudad de México con rumbo a la cementera Cruz Azul, ubicada en el poblado de Jasso, de este municipio, con el presunto objetivo de ocupar las ­instalaciones.

Los trabajadores que tienen el control de la planta y pertenecen al grupo denominado La Resistencia (identificados con el ex presidente de la cooperativa Guillermo Álvarez Cuevas) fueron alertados, desde el domingo, del arribo del grupo y lanzaron cohetones para reunir a más compañeros.

Afuera de la planta llegaron obreros armados con palos, tubos y piedras, quienes rodearon la factoría para repeler el supuesto intento de toma de instalaciones.

Según el reporte policiaco, las unidades fueron detectadas a la altura de la Presa Escondida, municipio de Tepeji del Río, por lo cual implementaron un operativo de disuasión.

El supuesto grupo de choque fue enviado, según los cooperativistas de Jasso, por sus contrarios, llamados Los socios por la transparencia o también Los disidentes, encabezados por José Antonio Marín y Víctor Velázquez, quienes por un resolutivo judicial son los presidentes de los consejos de administración y vigilancia, respectivamente, de la cooperativa la Cruz Azul.

Los caminos de acceso a Jasso fueron bloqueados por los cooperativistas de La Resistencia con maquinaria y tractocamiones de la empresa.

El pasado domingo, los socios de La Resistencia emitieron un comunicado en el cual advertían de otro intento de ocupación de la planta a través de un grupo de choque, que enviarían los disidentes.

La madrugada del pasado 27 de abril, un enfrentamiento suscitado entre ambos bandos, para apoderarse de la empresa, uno apoyado por un grupo de choque, dejó ocho personas muertas, 12 heridas y nueve detenidas.

En esta ocasión, según un video compartido en redes sociales por los cooperativistas, se observa en Tepeji del Río a los policías estatales, quienes mediante un operativo disuaden al convoy que iba a Tula, y le piden a los operadores que se regresen. Fueron escoltados hasta los límites de Hidalgo con el estado de México.