Isla de pájaros
l centro ornitológico suizo de Genthod, cerca de Ginebra, se especializa en la atención de aves silvestres heridas, y sus actividades insólitas son el asunto central de Isla de pájaros (L’île aux oiseaux, 2019), de los cineastas helvéticos Sergio Da Costa y Maya Kosa.
Este documental que alterna situaciones reales con elementos de ficción, describe la llegada a ese espacio veterinario de Antonin (Ivadnize), un joven recién recuperado de una enfermedad grave (anaplasia medular), que es transferido ahí dentro de un programa de reintegración social y profesional. Su primer cometido será volverse aprendiz del veterinario Paul (Sauteur), quien a punto de jubilarse deberá prepararlo para las tareas delicadas del centro.
De modo irónico, Antonin será el encargado, en ese sitio de sanación de aves, de ejecutar a los roedores de laboratorio que servirán de alimento para la recuperación de las aves silvestres. Entre estas últimas, se observa a una lechuza casi ciega y famélica, incapaz de detectar la presencia de sus presas habituales, o a un cisne aquejado de múltiples infecciones recurrentes.
El paralelismo entre el cuerpo fatigado, todavía diligente, del joven aprendiz y los organismos muy frágiles de algunas de las aves, revela una enorme solidaridad y empatía en un documental de corte poético que no establece jerarquía alguna entre los sufrimientos del ser humano y los de otras especies animales pretendidamente inferiores.
Filmada en un formato 3:4, que concentra la atención de los espectadores en la meticulosa atención médica a las aves, y con una lente macroscópica que expone las disecciones de un ratón o la cámara térmica que detalla, mediante el paso de colores cálidos a fríos, la progresiva muerte de una rata sacrificada, Isla de pájaros muestra la tenacidad y celo profesional depositados en la curación de un animal que en otras circunstancias sería abandonado a su suerte, así como la piedad elemental que justifica una eutanasia, privilegio que hoy beneficia más a los animales que a los seres humanos que la practican.
Paradójicamente, muchas de las aves confinadas en ese oasis hospitalario en Suiza, una vez curadas y liberadas, prefieren regresar al cautiverio en lugar de vivir en un mundo exterior a menudo hostil para ellas por la depredación, la cacería o la contaminación ambiental. Un instinto animal que en ocasiones comparten también los hombres.
Se exhibe en la sala 9 de la Cineteca Nacional, a las 14:45 y 18:45 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1