Hay riesgo de que la oposición derechista prolongue el proceso para derogar huellas de la era dictatorial
Sábado 16 de julio de 2022, p. 20
Santiago. El presidente chileno, Gabriel Boric, cuando restan siete semanas para el plebiscito ratificatorio de la Carta Magna acordada en la Convención Constitucional (CC), manifestó que si el 4 de septiembre gana la opción rechazo
, deberá continuarse el proceso constituyente por un año y medio más para alcanzar otra propuesta.
Boric, hablando en el matinal del canal Chilevisión y al contestar una pregunta acerca de la compleja situación económica –desaceleración, 12.5 por ciento de inflación interanual y 6 por ciento durante 2022, deterioro de los salarios reales, 30 por ciento de caída del precio del cobre (el principal producto de exportación de Chile) y una acelerada depreciación de 15 por ciento en las últimas dos semanas–, sorprendió al abordar el tema constitucional.
“No tener certeza de lo que pasará en un mes y medio influye en la incertidumbre. Y es legítimo apoyar cualquiera de las opciones, Apruebo o rechazo. Lo que tenemos que preguntarnos es qué va a pasar el día después. Chile votó de manera clara en un plebiscito que quiere una nueva Constitución (…) escrita por un órgano especialmente electo para ese fin. Por lo tanto, de ganar la alternativa ‘rechazo’, vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más”, afirmó.
Si se impone el no a la nueva Carta Magna tiene que haber un nuevo proceso constituyente
, insistió el gobernante, para lo cual deberán elegirse nuevos convencionales, porque ese es el camino que decidió votar Chile el 25 de octubre
de 2020.
Las palabras de Boric marcaron un giro acerca del tema porque hasta ahora, él había evitado referirse a la posibilidad de que la propuesta no logre ser ratificada, sino que desde el gobierno y desde la coalición oficialista Apruebo Dignidad, el mensaje ha sido que de imponerse el rechazo
el único escenario cierto es que la Constitución neoliberal de 1980, herencia de la dictadura de Augusto Pinochet, continuará rigiendo. Estrictamente es así, porque de momento no hay camino alternativo; cualquier opción al respecto requerirá legislación, una reforma constitucional, y no hay certezas al respecto porque en ambas cámaras la derecha es mayoría y el sector ultraconservador se opone a cualquier cambio.
En caso que gane el rechazo, el proceso constituyente tiene que seguir en los términos que se acordó (porque) hay un acuerdo transversal en que la Constitución que tenemos ahora no representa un acuerdo social en Chile
, agregó.
Pero advirtió que si se trata de incertidumbres, el escenario del rechazo
la incrementa aún más, porque no sólo quedará en manos del Parlamento extender el proceso, sino que estaríamos mucho más tiempo discutiendo esto
. Al respecto, planteó que las personas deben preguntarse en qué escenario es más factible realizar modificaciones
a la nueva Constitución, si aprobándola para mejorarla o partir todo desde cero.
Las palabras de Boric generaron inmediatas reacciones en la oposición derechista, volcada en impulsar el rechazo, donde las juzgaron como un reconocimiento de que el texto fracasará, instándolo a impulsar una reforma constitucional para ampliar el proceso, pero cuestionaron que proponga repetirlo en idénticas condiciones, como una Convención Constitucional electa popularmente.
Mientras ex convencionales partidarios del gobernante matizaron lo dicho, interpretando que La aprobación es la mejor opción para Chile porque implica que se pueden hacer ajustes sobre un texto democrático y con mínimas garantías de bienestar social. El Congreso tiene cero legitimidad para llevar a cabo un proceso constituyente y todos lo saben, por eso la ciudadanía eligió una Convención
, señaló Bárbara Sepúlveda, constitucionalista militante del Partido Comunista.
En cuanto a la situación del peso chileno, que en el último mes perdió hasta 24 por ciento frente al dólar y cuya cotización pasó de 850 a mil 60 pesos en apenas un mes, el Banco Central anunció antenoche que intervendrá hasta por 25 mil millones de dólares en el mercado cambiario para controlar la volatilidad. De inmediato, la cotización del billete estadunidense bajó a 970.