Al menos 89 muertos en una semana
Viernes 15 de julio de 2022, p. 28
Puerto Príncipe., Enfrentamientos entre pandillas han paralizado y teñido de sangre un sector de Puerto Príncipe, capital de Haití, cuya población sufre una inflación desatada y una escasez crítica de combustible que complica la crucial ayuda humanitaria.
Desde el pasado viernes, ráfagas de armas de fuego se escuchan durante todo el día en Cité Soleil, un empobrecido y densamente poblado vecindario de Puerto Príncipe, donde dos facciones rivales se enfrentan mientras la policía, escasa de personal y equipos, se mantiene al margen.
Sólo en la última semana, los choques han dejado al menos 89 muertos, 16 desaparecidos y 74 heridos de bala o armas blancas, según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos.
En los barrios marginales que se han erigido allí durante las recientes cuatro décadas, miles de familias no tienen otra opción que resguardarse en sus casas, sin poder aprovisionarse de comida ni agua.
Algunos habitantes caen víctimas de las balas perdidas incluso dentro de sus precarias viviendas de láminas de metal, pero las ambulancias no están autorizadas para circular libremente en la zona para ayudar a los heridos.
Llamamos a todos los beligerantes a permitir el paso de la ayuda hacia Brooklyn
, zona de Cité Soleil donde se concentra la violencia, y a perdonar las vidas a los civiles
, pidió el jefe de la misión local de Médicos Sin Fronteras, Mumuza Muhindo.
La ONG, obstaculizada en sus operaciones de evacuación de víctimas, atiende a una media de 15 heridos al día desde el viernes, en su hospital cerca de Cité Soleil.
A lo largo de la única carretera que lleva a Brooklyn, hemos encontrado cadáveres en descomposición o quemados
, agregó Muhindo.
Puede tratarse de personas asesinadas en los enfrentamientos o intentando escapar que fueron abatidas. Es un verdadero campo de batalla
, añadió.
Estos enfrentamientos entre bandas afectan las actividades en toda la capital, pues en Cité Soleil se encuentra la terminal petrolera que alimenta Puerto Príncipe y el norte de Haití.
Ni un gota de gasolina se surte en las estaciones de servicio de la capital, lo que ha disparado los precios del combustible en el mercado negro.
Mototaxistas enfadados por esta situación levantaron antier varias barricadas en las principales carreteras de Puerto Príncipe.
Sólo era posible realizar cortos desplazamientos en moto dentro de los barrios, pudieron constatar periodistas de la Afp.
En tanto, los habitantes de la capital se esforzaban por organizar sus actividades cotidianas, de por sí obstaculizadas por el riesgo de secuestro.
Desde hace más de dos años, las pandillas multiplicaron los secuestros en la ciudad, apuntando a personas de todo origen socioeconómico y cualquier nacionalidad.
Gozando de una impunidad generalizada, las bandas delictivas intensificaron sus actividades en las últimas semanas: al menos 155 secuestros se registraron en junio con comparación con mayo, que sumó al menos 118, dijo el Centro de Análisis e Investigación de Derechos Humanos en su último informe publicado antier.
Muchos haitianos huyen a República Dominicana o Estados Unidos. Otros, sin medios económicos o visados, arriesgan sus vidas subiéndose en embarcaciones improvisadas con la esperanza de llegar a Florida. Mientras cientos más quedan varados en las costas cubanas o bahameñas o son detenidos en el mar por los guardacostas estadunidenses.
Más de mil 200 migrantes en situación irregular fueron devueltos a Haití sólo en junio, muestran estadísticas de la oficina nacional de migración.
Y al volver, se encuentran con dificultades para sobrevivir, tomando trabajos informales en este país donde la inflación anual rompió la barrera del 20 por ciento desde hace ya tres años.
Economistas alertan de que esa tasa puede superar 30 por ciento al término de este año ante el impacto de la guerra en Ucrania en la economía mundial.
Constatamos un aumento significativo del hambre en la capital y el sur del país, siendo Puerto Príncipe la más duramente golpeada
, indicó el martes Jean-Martin Bauer, director del Programa Mundial de Alimentos en Haití.
La agencia de la Organización de Naciones Unidas usa rutas aéreas y marítimas para enviar la ayuda al sur y al norte del país, para evitar cruzar Puerto Príncipe, en manos de las bandas.
Cerca de la mitad de los 11 millones de habitantes de Haití sufren inseguridad alimentaria, de los cuales 1.3 millones se enfrentan a una emergencia humanitaria que precede a la hambruna, según la clasificación del Programa Mundial de Alimentos.
En este contexto, la Iglesia episcopal de Haití negó estar implicada en tráfico de armas luego que estalló un escándalo por la incautación de contenedores supuestamente relacionados con la institución y en los cuales se descubrieron municiones.