Murió a los 98 años el periodista italiano Eugenio Scalfari, fundador del diario La Repubblica y uno de los grandes revolucionarios y maestros del periodismo clásico.

El deceso se dio a conocer ayer por aquel rotativo, uno de los medios más importantes de aquella nación europea, al cual estuvo vinculado toda su vida el también escritor desde que lo fundó, en 1976, y cuya edición en línea lo despidió con el titular: Adiós director.

Eugenio Scalfari fue un intelectual fundamental de la historia italiana del siglo pasado, que combinó el periodismo con su compromiso civil y político, consignó el diario digital Infobae, que dio cuenta, asimismo, de que el fallecimiento ha sido acogido con gran pesar en un país del que fue una de sus mayores voces y a cuya modernización contribuyó como destacado antifascista.

Entre quienes lamentaron la pérdida se encuentran el papa Francisco, así como los principales personajes de la política italiana, como el presidente Sergio Mattarella, el primer ministro Mario Draghi y el ministro de Cultura, Dario Franceschini.

“La muerte de Eugenio Scalfari deja un vacío insalvable en la vida pública de nuestro país. Fundador de L’Espresso y La Repubblica, que dirigió durante 20 años, Scalfari fue el protagonista absoluto de la historia del periodismo en la Italia de posguerra”, destacó Mattarella en un comunicado retomado por la agencia Ansa.

La claridad de su prosa, la profundidad de sus análisis, la valentía de sus ideas han acompañado a los italianos durante más de 70 años y han hecho de sus editoriales una lectura fundamental para cualquiera que desee comprender la política y la economía.

Inventor de periódicos

Scalfari nació el 6 de abril de 1924 en Citavecchia, a las puertas de Roma, y su influencia en la vida cultural, política y social italiana desde mediados del siglo XX es indiscutible, debido a sus facetas de economista, creador de periódicos, empresario, político, filósofo, novelista y poeta, según recordó La Repubblica en su edición de este jueves.

Finalmente, amigo también del papa jesuita (Francisco), creció entre las páginas de Diderot y Voltaire. Nunca trazó una línea, movido por una energía que no toleraba las fronteras, asentó la publicación.

Entre sus lecturas favoritas estaban las novelas de Pessoa. Scalfari también sintió que siempre fue otra cosa, una orquesta con sus armonías y contrapuntos, muchos instrumentos trabajando al mismo tiempo, cuerdas y arpas, timbales y tambores. ¡Ay de tropezar con la monotonía tonal, en contraste con la vida que debe ser una tormenta!

Entre los encuentros que forjaron la adolescencia del comunicador estuvo el de Sanremo con el futuro escritor Italo Calvino, compañero de estudios con el que construyó una gramática del pensamiento y las emociones: en público hablaba de ello con la admiración que se debe al gran autor, en privado surgió la complicidad masculina de dos amigos que descubrieron juntos la vida y la sexualidad hasta en los aspectos más duros.

A mediados de los años 70 se hizo realidad su primer sueño, un nuevo periódico que pudo financiarse con las cuantiosas ganancias de L’Espresso. En julio de 1975 firmó el acta constitutiva de la nueva editorial y en enero del siguiente año apareció La Repubblica, periódico al que imprimió un carácter crítico y progresista; dejó su dirección en 1996, a los 72 años.

Mejor irse antes de que lo echen, fue el principio que el periodista confesó a algunos allegados en aquel momento, según el artículo del citado diario italiano. Entonces se dedicó a escribir libros en los que –apuntó AFP– abordaba temas filosóficos, entre ellos uno con conversaciones con el papa Francisco, con quien se reunió varias veces, a pesar de que profesaba ser ateo.

Su bibliografía alcanzó una treintena de obras.