Se dio a conocer en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) la convocatoria de la segunda edición de la Trienal de Tijuana: 2. Internacional Pictórica, organizada por el Centro Cultural Tijuana (Cecut). El proyecto fue concebido en 2019 por el pintor y muralista Álvaro Blancarte (1934-2021), como una forma de hacer visible la concepción y el panorama contemporáneo del arte internacional.

El primer lugar del certamen recibirá un millón de pesos de premio, en tanto las dos menciones honoríficas, 250 mil pesos, cada una. La convocatoria estará abierta hasta el 28 de abril de 2023; el 20 de octubre de ese año se darán a conocer las piezas seleccionadas, las cuales, junto con las ganadoras, se exhibirán en el Cecut entre julio de 2024 y febrero de 2025.

En la presentación, la titular del Cenart, Ángeles Castro Gurría, dijo que es de gran interés para el Cenart crear lazos con este proyecto tan atractivo del Cecut, que busca exponer las nuevas formas de aproximación a la pintura por artistas de todo el mundo y entablar un diálogo también con docentes y alumnos en torno a lo pictórico en el campo expandido del arte contemporáneo, además de incitar al público a involucrarse en el debate artístico.

Vianka Robles Santana, directora del Cecut, señaló que la Trienal de Tijuana nació con la idea de poner sobre la mesa de reflexión global el tema de lo pictórico como un valor que atraviesa todas las disciplinas en los diferentes campos de las artes plásticas y visuales. También surge con la necesidad de crear una plataforma de diálogo entre creadores, no sólo de la región, sino a escala internacional, que pueden, por medio de sus propuestas estéticas y conceptuales, discutir sobre los temas que urgen e importan a los artistas contemporáneos.

Nueva ventana hacia el mundo

A raíz de la muerte de Blancarte, el crítico de arte y escritor Roberto Rosique tomó la estafeta del proyecto. A pregunta expresa de La Jornada, Rosique dijo que Blancarte siempre quiso crear un proyecto que tuviera un gran estímulo, idea que no fue bien recibida en su momento por el costo que implicaba; sin embargo, fue entendida por la actual administración del Cecut.

La Trienal de Tijuana también surgió ante la ausencia de la iniciativa binacional Insite y la Bienal de Estandartes, que eran ventanas para nosotros hacia el mundo.

También artista visual, Rosique indicó que la Trienal de Tijuana busca afrontar otras maneras de ver, entender y acepar el arte como campo de posibilidades que ofrezcan alternativas desde otros ángulos, considerados inadecuados por no ceñirse a normas establecidas. Admite lo pictórico como forma de especular, como postura visual, táctil, auditiva y dinámica en constante transformación.

Acepta que lo pictórico puede construirse desde la deriva, tanto como a partir de la certeza la incertidumbre, de lo regular o lo preciso, pero también desde lo desigual y lo borroso. Siempre desde la disidencia, para no conformarse y menos convertirse en postulado inamovible.

La primera edición de la Trienal de Tijuana recibió casi 600 propuestas, de las cuales se seleccionaron 142. Aunque el primer premio y una de las menciones honoríficas corresponden a mujeres artistas (Belén Basombrio y Sofía Saavedra, respectivamente), la participación femenina sólo alcanzó 36 por ciento, cifra que se espera aumente en la segunda edición, anotó Rosique.

El responsable del proyecto enfatizó el espíritu libre de participación, en la que no hay restricciones en cuanto a formato o la temática. Tampoco se exige al participante una gran experiencia curricular en el campo creativo.

Sobre el dinero destinado a los premios, Francisco Godínez, subdirector de exposiciones, señaló que se trata de un ahorro del Cecut cuando no hay gastos de representación.

La convocatoria se puede consultar en www.trienal.cecut.gob.mx.