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Tumbando caña

Silvio Rodríguez. La espera terminó

T

ras ocho años de ausencia de los escenarios mexicanos, Silvio Rodríguez regresa a nuestro país, para presentarse este 6 y 7 de junio en el Auditorio Nacional y Zócalo de la Ciudad de México (fecha por confirmar), como parte de la gira La espera terminó. El cantautor, quien retoma actividades escénicas después de haber parado a consecuencia de la pandemia del covid-19, afirma que pese a todo lo sucedido piensa que éste es un gran momento para realizar este tipo de actividades porque considera que es una manera de prestar un servicio a la sociedad como músico y ser humano .

Ante la pregunta sobre lo que hizo en este tiempo que pasó forzosamente en cautiverio dice que se dio la oportunidad de leer, pintar, escuchar mucha música, disfrutar a la familia y poner en orden los pendientes y descartes de trabajos acumulados. Así, logró editar y lanzar al mercado digital (en plena pandemia) el álbum Para la espera (Ojalá 2021); rescatar, ordenar y reproducir las viejas grabaciones realizadas en 1991 con el grupo Diákara (mismo que ahora llega a nuestros oídos vía Spotify) y empezar a darle forma a un tercer álbum al que ha titulado Pendientes.

Para la espera es un álbum íntimo, instrospectivo y hasta cierto punto nostálgico, dedicado a siete amigos, excelentes creadores, que fallecieron entre marzo y abril del año 2020, como sus compatriotas: el sicólogo, cineasta y editor Tupac Pinilla; el cineasta e historietista Juan Padrón y, el poeta y escritor César López. Además, homenajea con él la memoria del cantautor y pintor Luis Eduardo Aute, del escritor y cineasta chileno Luis Sepúlveda, del escritor argentino y miembro de Les Luthier Marcos Mundstock y del cantante y actor mexicano Óscar Chávez.

“Ha sido tremendo –escribe Silvio en su blog Segunda cita–. Y todos así: uno detrás del otro. Tupac y Padroncito, los primeros en partir, fueron inmensos para mí. Tupac además era mi editor, una mente brillante, y Padroncito, mi amigo desde principios de los 60, en los tiempos del semanario Mella. César López, un referente de nuestra poesía y patriotismo; Luis Sepúlveda, un gran escritor y una persona maravillosa; Marcos Mundstock, un imprescindible de ese monumento a la inteligencia que es Les Luthiers; Óscar Chávez, un juglar mexicano, compañero de tantas buenas causas”.

Para la espera incluye algunas de las canciones que ha compuesto en los pasados años, en todos los casos primeras versiones realizadas poco tiempo después de haberlas compuesto. Son 13 temas: La Adivinanza, Aunque no quiero, veo que me alejo, Conteo atrás, Noche sin fin y mar, Viene la cosa, J ugábamos a Dios, Si Lucifer volviera al paraíso, Una sombra, Los aviadores, Modo frigio, Danzón para la espera, Después de vivir y Página final. De los cuales, ya se conocían Jugábamos a Dios, (2010) –compuesto para la película Afinidades, de Jorge Perugorría y Vladimir Cruz–, Viene la cosa (2016) y Noche sin fin y mar (2017), dedicada a Luis Eduardo Aute a quien asistió en su cama de enfermo.

Silvio Rodríguez con Diákara, es un disco perdido por más de tres décadas en el que recupera numerosas canciones grabadas en tres sesiones mañaneras.

de 1991 en los estudios Polygram de México con Diákara, una agrupación de jazz-rok-fusión de raíces afrocubanas integrado por Chucho Valdés y Ramón Valle en pianos; Roberto Vizcaíno en la percusión afrocubana, Ahmed Barroso en la guitarra, Diego Valdés, en el bajo eléctrico y Oscarito Valdés en la batería y dirección musical.

El álbum suena a jazz latino progresivo, a medio camino entre Yes y Pat Metheny, un sonido vintage, en el que las canciones brillan por esa originalidad y ese carácter impredecible de la alianza de un grupo en su punto más alto y uno de los mejores cantautores de todos los tiempos.

Encontramos en este, hasta ahora, desconocido paquete maravillas de temas, como ese blues-folk titulado Flores nocturnas; una suerte de ópera de autor llamada Variaciones sobre un viejo tema; cadencias de latin jazz aplicadas al cantautorismo en Emilia; guiños de danzonete al mejor Silvio en El Güije; una reversión mística de El necio, aires de chachachá y visajes de guitarra eléctrica a lo Carlos Santana en Mira; o Fantasías de Chucho Valdés en clave sinfónico, casi de teatro musical, en Venga la esperanza.

Pendientes es un álbum en preparación que Silvio está trabajando con temas que ha descartado de otras producciones discográficas o se han acumulados con el paso del tiempo y que muy pronto dará a conocer.

Los asistentes a sus conciertos podrán disfrutar de las novedades que encierran estos trabajos así como las canciones clásicas que lo han consagrado. La cita es este 6 y 7 de junio en el Auditorio Nacional, avenida Paseo de la Reforma 50, Polanco.