Jueves 28 de abril de 2022, p. 27
En el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), cuya estructura administrativa será modificada a partir de una reforma de austeridad propuesta por el gobierno local, la contraloría interna es una de las áreas más caras del organismo, donde los salarios de sus trabajadores representan una carga que consume al menos 9.2 millones de pesos anuales.
Esa área está integrada por un contralor, las subcontralorías, subdirecciones, departamentos y analistas que suman 38 plazas. Esa cantidad contrasta con los siete puestos que integran el de la contraloría interna del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública local (InfoCDMX), que al igual que el IECM es un órgano autónomo, y que en suma cuesta aproximadamente 2.6 millones de pesos al año.
Dentro del Instituto Electoral, la contraloría interna es incluso más burocrática que la propia unidad de fiscalización y todavía más que las cuatro direcciones ejecutivas que regulan la participación ciudadana, asociaciones políticas, geoestadística y educación cívica.
Fuentes del órgano indicaron que la autonomía del titular, Francisco Calvario Guzmán, ha impedido que el propio Consejo General pueda ejerzar el control administrativo completo del área.
La Constitución Política de la Ciudad de México ordena que la designación de los contralores internos de los organismos autónomos esté a cargo del Congreso capitalino. Precisamente Calvario rindió protesta ante el Legislativo en 2020.
Hasta el momento, un total de 18 servidores públicos adscritos a esa área han interpuesto juicios contra la Ley de Austeridad de la Ciudad de México con la finalidad de percibir un salario igual al de los trabajadores que realizan las mismas tareas que ellos, pero que obtienen más remuneración por haber ingresado antes de la entrada en vigor de la legislación.
De acuerdo con el directorio del IECM, el área más grande con la que cuenta es la unidad técnica de archivo, ya que alberga a funcionarios adscritos de los 33 distritos conforme a la geografía electoral aprobada en la que se divide la urbe.
En el organigrama aparece que el contralor Francisco Calvario cuenta con dos asesores, una coordinadora de gestión administrativa, una secretaria ejecutiva, dos secretarios de unidad, dos auxiliares de servicios y un chofer.
Le siguen los subcontralores de responsabilidad e inconformidades, de auditoría, control y evaluación; de atención ciudadana y normatividad, así como de procesos electorales y participación. Enseguida se encuentran los subdirectores, titulares de departamento y analistas. En el directorio, algunos de estos puestos se encuentran acéfalos.