Twitter: el nuevo juguete del trumpiano Elon Musk para defender la libertad de expresión
ientras los ciudadanos del mundo somos esclavos de la Invisible Cárcel Cibernética
del GAFAT (https://bit.ly/3EPRzAo), en una deplorable ausencia de un entorno legal hoy barbáricamente desregulado, los titanes de los gigabancos del Deep State financierista y sus instrumentos en los partidos Demócrata y Republicano colisionan a la luz del día cuando Elon Musk (EM), muy cercano al ex presidente Trump, ha capturado a Twitter, íntimo del Partido Demócrata en EU (sic) con todo lo que ello conlleva y deriva.
Vale la pena matizar y exhibir la esquizofrenia de (s)electiva aplicación política
de Twitter que, mientras en EU se dio el lujo de expulsar a Trump, en Iberoamérica practica(ba) los preceptos fascistas (literal) del Partido Popular español con su anterior mandamás gachupín Pepe López de Ayala cuando expuse la red de sus controladores (https://bit.ly/3vjKG7t).
Para no variar, entre los primeros 10 propietarios
institucionales de Twitter vienen cuatro conocidos gigabancos (https://bit.ly/3vjWpCE) que forman parte del Deep State financierista que controlan alma, espíritu, voluntad y bolsillos del mundo capitalista occidental (https://cnn.it/3vgghqw): en primer lugar, Vanguard Group, 10.29 por ciento; tercero, BlackRock, 4.56 por ciento; cuarto, State Street, 4.54 por ciento, y sexto, Fidelity, 2.14 por ciento.
Pareciera que los cuatro gigabancos se reparten los controles de las trasnacionales dependiendo del rubro y su alcance estratégico.
Financial Times (FT), portavoz del globalismo neoliberal de la monarquía financierista británica, parece festejar la caída en dos días de más de 11 por ciento de las acciones de Tesla –cuyo mayor accionista es EM (https://cnn.it/3vLyUBB)–, lo que significó una pérdida de 110 mil millones de dólares: ¡2.5 veces más que el valor de la compra de Twitter! –que, curiosamente, es superior al PIB de Bolivia, de 41 mil 32 millones de dólares.
Tampoco Tesla se escapa de las garras del Deep State financierista cuando entre sus 10 principales propietarios
institucionales aparecen en respetables sitiales los cuatro gigabancos de marras y amarres: en primer lugar, Vanguard, con 5.72 por ciento; tercero, BlackRock, con 3.35 por ciento; cuarto, State Street, 3.14 por ciento, y octavo, Fidelity, 0.92 por ciento.
¿Se trata de una guerra civil financierista que no se atreve a decir su nombre entre los gigabancos y que forman parte del carrusel del meta-capitalismo de EU?
El mismo mayor accionista individual
hoy tanto de Twitter como de Tesla –cuya totalidad de accionistas individuales
es 19.70 por ciento– ni siquiera sueña en alcanzar la concentración institucional
porcentual capitalista de los gigabancos.
Lo mismo se puede decir de la relativamente empresa pigmea de Twitter, donde los accionistas individuales
a duras penas alcanzan 12.48 por ciento.
¿Qué función le atribuye el Deep State financierista a los inversionistas individuales
–para no decir hombres de paja
y puja– y contrincantes públicos, como Jeff Bezos, segundo hombre más rico del mundo (165 mil 200 millones de dólares), propietario
del rotativo del establishment Washington Post, y el sudafricano-anglo-estadunidense EM, primer hombre más rico del mundo (239 mil 200 millones de dólares) aliado de Trump?
Según FT, EM financió su compra por 44 mil millones de dólares con 13 mil millones de dólares de deuda de mercaderes prestamistas de Wall Street y de un empréstito por 12 mil 500 millones de dólares garantizados con parte de sus acciones en Tesla (https://on.ft.com/3vNCISO).
EM aún no ha explicado cómo financiará con cash los 21 mil millones de dólares restantes. FT conjetura que tendrá que vender miles de millones de sus acciones en Tesla, que tiene un valor bursátil de 920 mil millones de dólares.
Twitter nunca ha sido un buen negocio y ahora menos: ha perdido 8 por ciento después de la adquisición por EM
Cabe señalar que las acciones de Tesla se han desplomado 22 por ciento desde el espectacular deseo de captura de Twitter por EM hace tres semanas, lo cual indica el choque de los gigantes del Deep State financierista que refleja la guerra civil larvada que padece EU y que ha arreciado desde el 6/1 de 2021.
Hoy, la caída de las cotizaciones de Twitter y Tesla refleja el verdadero Estado de la Unión (sic)
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