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Tras copular, machos de las arañas tejedoras huyen en una fracción de segundo para que las hembras no los maten
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de abril de 2022, p. 6

Washington. A veces hay razones más que válidas para marcharse justo después del sexo.

Científicos chinos descubrieron que los machos de las arañas tejedoras de orbes o arañas orbitelares se alejan de sus parejas para evitar que las hembras los maten y se los coman.

El mecanismo, descrito por primera vez el lunes en la revista Current Biology, implica que el primer par de patas de las arañas emprenda inmediatamente una acción de catapulta en una fracción de segundo.

El autor principal del artículo, Shichang Zhang, de la Universidad de Hubei, en Wuhan, expresó a Afp que estaba emocionado por el descubrimiento, que requirió cámaras de alta velocidad y resolución para detectarlo.

Zhang y sus colegas estudian la selección sexual en esta especie de araña, la Philoponella prominens, que vive en grupos comunitarios de hasta 300 individuos.

De 155 apareamientos exitosos, descubrieron que 152 terminaron con el macho catapultado y, por tanto, como superviviente del encuentro.

A los machos pueden aparearse hasta seis veces con la misma hembra, para lo cual rebotan, vuelven a subir con una cuerda de seguridad de seda, se aparean otra vez y rebotan de nuevo.

Los tres machos que no se catapultaron, la hembra los capturó rápidamente, los mató y se los comió.

Otros 30 machos, a los que se les impidió catapultarse colocando un fino cepillo detrás de su dorso, corrieron la misma suerte, lo que llevó a los investigadores a concluir que la catapulta es esencial para evitar el canibalismo sexual.

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▲ Durante el apareamiento de dos ejemplares de Philoponella prominens.Foto Afp

Los machos que escaparon registraron algunas estadísticas impresionantes: la velocidad máxima media alcanzada fue de 65 centímetros por segundo, con una aceleración de 200 metros por segundo al cuadrado. Eso equivale a 20 g, o sea, 20 veces la aceleración que se siente durante la caída libre.

Presión hidráulica

Mientras vuelan, los machos giran a unas 175 revoluciones por segundo. Se catapultan tras doblar la articulación de la tibia-metatarso de su primer par de patas sobre la hembra. Al soltarla, se ejerce una presión hidráulica y hace que las patas se expandan.

Zhang cree que las hembras consideran la idoneidad sexual de los machos por su capacidad para escapar.

A través de la catapulta, un macho puede escapar del canibalismo sexual de las hembras, y una de ellas puede elegir a los de alta calidad, porque el rendimiento cinético puede correlacionarse directamente con la condición física del macho, sostuvo.

Aunque ya se hayan apareado, las hembras también pueden discriminar el esperma de los machos que hayan superado la prueba, explicó Zhang.

Se diferencian de los mamíferos en que las hembras pueden decidir si utilizan el esperma para fecundar sus óvulos o lo rechazan exprimiéndolo o cambiando el valor del pH para matarlo.