▲ Con los reflectores en la nueva guerra, otros desplazados por la violencia sólo merecen titulares cuando les llega la muerte, como los que habitan en el campamento de refugiados más grande del mundo creado en 1992 en Bangladesh, donde más de 923 mil personas sobreviven en 194 mil viviendas improvisadas, levantadas con trozos de bambú y plástico, o con láminas, según datos de la ONU. El éxodo se acentuó en 2017, cuando los insurgentes rohingyas atacaron puestos policiacos y militares de Myanmar. Fotos Acnur/ Andrew McConnell y Roger Arnold / Arturo Cano

▲ La decisión de vender en la inauguración del nuevo aeropuerto de Santa Lucía me hizo famosa, admite entre risas la joven madre de cuatro niños, cuyo negocio ha mantenido a su familia desde hace más de tres lustros. Invitada por la Secretaría de Cultura, ayer y hoy expende sus tostadas de maíz azul en el Complejo Cultural. El platillo típico lleva una cama de frijol y encima nopales, cilantro y queso, a un precio de 35 pesos cada una. La mujer pide al Presidente que le dé un lugar fijo para instalarse y no andar toreando a los policías. Podría ser el Zócalo, donde habitualmente se encuentra, dice, aunque le gustaría en la nueva terminal aérea. Foto José A. López / C. Gómez y Á. Vargas