Domingo 23 de mayo de 2021, p. 16
A casi cinco meses de que entró en vigor la reforma que regula el teletrabajo, la mitad de las empresas todavía no define si cumplirá con la obligación de pagar los servicios de luz e Internet a los empleados que laboran desde su hogar, de acuerdo con una encuesta de la bolsa de trabajo OCC Mundial.
El sondeo, aplicado a 300 representantes de áreas de recursos humanos, reveló que 48 por ciento respondieron que aún no deciden si cubrirán ese costo; 31 por ciento aseguraron que no lo harán, ya que prevén que todos sus colaboradores regresen a las oficinas cuando el semáforo epidemiológico lo permita. En tanto, 13 por ciento indicaron que sí harán el pago correspondiente a quienes laboren en esa modalidad, mientras 8 por ciento afirmaron que ya cubrían ese costo antes de la regulación.
La reforma a la Ley Federal del Trabajo entró en vigor el 11 de enero pasado y establece las obligaciones de las empresas y los trabajadores que laboran a distancia. Entre ellas destaca que la parte patronal debe proporcionar los equipos necesarios y asumir los costos derivados del llamado home office, como el pago de servicios de Internet y la parte proporcional de la electricidad. Esta modalidad se aplicará para las relaciones laborales que se desarrollen en más de 40 por ciento del tiempo en el domicilio.
El estudio de la bolsa de trabajo arrojó también que 57 por ciento de las empresas consultadas informaron que, una vez que termine la pandemia por Covid-19, prevén contratar personal para trabajar desde casa; las restantes, 43 por ciento, ya respondieron que no lo tienen considerado.
Sobre las adecuaciones al contrato laboral para regular el teletrabajo, 66 por ciento aún no tienen definido cuándo las llevarán a cabo y 19 por ciento lo harán durante el segundo trimestre del año; en tanto, 7 por ciento hicieron estas modificaciones en los primeros tres meses.
De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo, a nivel global el empleo a distancia ha ocasionado una brecha salarial, que en México llega a ser de hasta 50 por ciento en relación con quienes laboran de manera presencial.