Jueves 25 de marzo de 2021, p. 5
Al poner en marcha un programa de capacitación del personal castrense en materia de derechos humanos, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, destacó ayer que todos los servidores públicos y las autoridades de los distintos órdenes de gobierno deben saber que no pueden atentar contra la integridad de las personas, ni infligir maltrato o tortura física o sicológica.
La profesionalización de las fuerzas armadas propicia la prevención y erradicación de prácticas ilícitas que se cometieron en distintos momentos de la historia del país. La tortura, los tratos crueles o denigrantes, la ejecución extrajudicial o la desaparición forzada, fueron prácticas que hoy están tipificadas como delitos y violaciones graves a los derechos de las personas
, añadió.
El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación resaltó que la política de seguridad emprendida durante la llamada guerra contra el narco, al igual que sucedió en años anteriores cuando se obligó a las fuerzas armadas a asumir tareas que competen a la autoridad civil, tuvo como consecuencia una grave crisis de derechos humanos que dañó profundamente a la sociedad mexicana, especialmente a las poblaciones históricamente marginadas.
Agregó el funcionario que el uso de las fuerzas armadas en tareas de seguridad, sin un marco jurídico adecuado, generó vulnerabilidad en las propias fuerzas armadas y los llevaron a cometer violaciones de derechos humanos que dejaron grandes heridas en la historia reciente del país
.
Encinas resaltó que la construcción de la paz en el país, “nos exige una política de seguridad y defensa que coloque en el centro de las actuaciones de los órdenes de gobierno el respeto a la vida, la dignidad humana y la legalidad.
Violar derechos es una contradicción a lo que somos y una traición a lo que nos dio origen como Cuarta Transformación, por eso asumamos que el respeto a los derechos humanos dignifica la vida pública y a sus instituciones
, subrayó al manifestar su interés en que el Ejército Mexicano siga siendo la institución pública más reconocida y tenga cada día el mayor respeto de los mexicanos.