Martes 9 de marzo de 2021, p. 6
El efecto del Covid-19 ha agudizado las desigualdades de género en América Latina y el Caribe sin que los gobiernos hayan tomado en cuenta la situación y necesidades de este sector en las políticas para responder a la emergencia, reportó en un informe el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Por el Día Internacional de la Mujer, las principales universidades públicas (UNAM, UAM e IPN) se manifestaron, por separado, en favor de lograr en sus espacios ambientes libres de violencia e igualdad.
Por su parte, los ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación afirmaron que las leyes deben incluir acciones firmes en favor de las mujeres, pues la igualdad de género no es aún una realidad en el país.
El PNUD difundió ayer su estudio Los impactos del Covid-19 en la autonomía económica de las mujeres en América Latina y el Caribe, en el que analizó una muestra de 19 países de la región y advirtió que a pesar de que han participado ellas desde el principio de la pandemia en las acciones para mitigarla –como profesionales del sector sanitario al proveer servicios esenciales o de cuidado a las comunidades y las familias, muchas veces a costa de abandonar sus empleos remunerados–, la mitad de los países no han tomado ninguna medida sensible al género en la ámbito laboral.
Más preocupante aún, agregó, es que conforme los países reactivan su economía las mujeres han enfrentado mayores dificultades para reingresar al empleo y lo hacen en condiciones de mayor precariedad, además de que las trabajadoras domésticas han sido las más perjudicadas por la pandemia.
Por separado, el Sistema de Naciones Unidas en México señaló en un documento que los efectos de la pandemia ponen en riesgo a escala mundial los avances en equidad de género y empoderamiento en los pasados cinco lustros.
En tanto, en un mensaje a su comunidad, la UNAM recomendó a sus entidades y dependencias ser empáticas con las mujeres universitarias que decidan participar en el paro de este martes sin repercusiones académicas ni laborales, mientras a los universitarios recomendó mantener las actividades académicas y administrativas de manera regular.
El IPN, en un manifiesto, se refirió a la urgencia de redoblar esfuerzos para propiciar un ambiente de sana convivencia donde mujeres y hombres se reconozcan en la diversidad y trabajen en conjunto por una educación para la paz.
Eduardo Peñalosa, rector general de la UAM, destacó que las instituciones de educación superior tienen la obligación de proteger a toda la comunidad universitaria y en particular a las mujeres para que tengan una vida libre de violencia.
En un foro convocado por la embajada de Francia en México, especialistas en materia de género de varios países señalaron que garantizar a las mujeres llegar a cargos directivos en empresas o a altos puestos públicos no genera equidad, porque sólo favorece a un pequeño sector (clase media y alta), pero no se trasladan a mujeres de clases populares, comunidades rurales o pueblos indígenas.
Por último, las fuerzas federales de seguridad reconocieron a sus integrantes mujeres. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, otorgó reconocimientos a 38 de la Guardia Nacional y enfatizó que la participación femenina en esta corporación es un compromiso, pero también una necesidad.