El boxeador Carlos Molina nunca estuvo interesado en el negocio de la promoción. Lo suyo, sostiene, era pelear. Pero la pandemia y la parálisis de actividades lo orillaron a buscar salidas y la más inmediata fue organizar sus propios combates. Después de seis funciones en 2020, este sábado regresa con la primera velada donde también será estelar en Pátzcuaro, Michoacán. Es muy difícil porque hay que estar pendiente de la función y al mismo tiempo concentrarme en la pelea. Los días cercanos son los más complicados, porque hay que afinar detalles de la velada, la organización y estar pendiente de mi combate.