A pesar de que como actividad esencial no se ha detenido durante la emergencia por coronavirus, el transporte enfrenta un escenario adverso, señaló la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).

Tan sólo en la Ciudad de México, según datos de la Secretaría de Movilidad (Semovi), desde el 17 de marzo el transporte público registró reducciones significativas en su afluencia respecto de su comportamiento habitual.

Los días de mayor reducción fueron en la segunda quincena de abril (Semana Santa), entre 60 y 80 por ciento, en promedio.

Después de la Semana Santa y hasta el 31 de mayo se reportaron reducciones diarias estables en los distintos modos de transporte, con una variación de alrededor de 75 por ciento en Metrobús.

En las semanas de junio, julio y agosto, que comprenden el periodo del semáforo epidemiológico rojo y naranja en la Ciudad de México, se registraron aumentos paulatinos y graduales en la demanda. 

En promedio, la afluencia de pasajeros se ha recuperado entre 10 y 20 puntos porcentuales respecto de la afluencia habitual, con una variación respecto de la operación normal de casi 60 por ciento en el Metrobús.

Jesus Padilla Zenteno, miembro de la AMTM, indicó que los transportes constituyen una actividad esencial para la vida pública y económica de cualquier ciudad.

Prioridades

Por ello, desde la declaración de la pandemia, el organismo fijó tres prioridades: el cuidado de la salud de todos los colaboradores, comenzando con la protección de quienes presentan un estado más vulnerable o con alguna morbilidad, la protección de los empleos y el cuidado de la empresa.

Sin embargo, hay costos fijos, hay compromisos a largo plazo como son los financiamientos de la flota, y con todas las restricciones que pudiéramos poner al gasto, primero es la salud y la continuidad del servicio.

En otro tema, el Sistema de Transporte Colectivo informó que de acuerdo con un conteo efectuado en la primera semana de octubre, en el turno vespertino usuarios de 11 líneas del Metro alcanzaron el 100 por ciento en el uso de cubrebocas dentro de los vagones; únicamente en la línea A se reportó 98 por ciento.