Buenos Aires., En momentos en que la flexibilización de la cuarentena en la Capital Federal, gobernada por la alianza derechista Juntos por el Cambio, provocó una fuerte activación del contagio del Covid-19 que el gobierno nacional había logrado contener y en que la oposición realiza movilizaciones violando las reglas sanitarias.

El viernes pasado hubo manifestaciones opositoras –muy ralas– fomentadas en las redes sociales, violando la cuarentena en las principales ciudades, bajo argumentos delirantes que iban desde la conspiración de utilizar un virus inexistente para encerrarlos mediante una coronadictadura, también contra el comunismo y contra la expropiación de la intervenida empresa agroexportadora Vicentín en quiebra después de estafar al Estado y a miles de productores locales.

La mentira se vuelve a utilizar en forma alarmante y el diario Clarín reportó que grupos kirchneristas incendiaban campos, rompían bolsas de granos y efectuaban otros vandalismos, lo cual nunca sucedió. La nota de uno de los periodistas más desmentidos por su falsedades en los años recientes informó sobre el campo de una familia que se incendió.

Para varios analistas esta es una campaña para encubrir el espionaje ilegal contra políticos, legisladores, sindicalistas, abogados, religiosos y detenidos políticos espiados durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-1019).

El secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, acusó este lunes a Macri en la causa de espionaje que también afectó a su padre el líder sindical, Hugo Moyano, quien también será querellante en esta causa.

“La obsesión de Macri era meternos presos e incitaban a los detenidos para que declararan en contra nuestra (…) Durante seis horas escuché la cantidad de pruebas reunidas sobre el espionaje contra nosotros”, sostuvo al salir del juzgado, donde el magistrado Federico Villena le mostró toda la información obtenida mediante el espionaje ilegal de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) bajo el gobierno anterior.

Agregó que también tuvieron acceso a información sobre referentes sociales que acudían a las movilizaciones que coordinaba en conjunto el gremio.

Por su parte, el senador Óscar Parrilli, otro de los espiados, consideró que la detención del ex informante Alan Ruiz es un avance muy importante, y aseguró que lo conocido hasta ahora sobre el tema es solo la punta del iceberg.

Van a aparecer nuevos hechos, hay mucho más de lo que han hecho y falta que salga a la luz, dijo Parrilli.

Alan Ruiz, fue jefe de Operaciones Especiales de la AFI durante el macrismo, es el primer detenido por el espionaje y es señalado como presunto responsable de actividades de espionaje ilegal en el Instituto Patria y el domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, en Recoleta.

Por su parte, la oposición trata de lograr ventajas políticas tanto de la pandemia y diversos analistas sospechan que el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta , aparece acompañando al gobierno en su lucha contra el Covid-19 pero que tratan de que esto fracase, además de flexibilizar tanto la cuarentena, como descuidar su trabajo en las villas miserias, en los hospitales públicos que corresponden al municipio capitalino.

Asimismo, el intento frustrado de levantar al campo, es decir, a las grandes empresas locales y extranjeras agroexportadoras por el tema de Vicentín está pensado para golpear al gobierno, cuyo accionar es “salvar a la empresa en quiebra después de estafar al Estado, a 2 mil productores rurales y mantener deudas en Uruguay y Paraguay superiores a los mil 500 millones de dólares. Los créditos entregados por el Banco Nación a días de asumir el gobierno Alberto Fernández fueron enviados a paraísos fiscales y otros bancos del exterior.