El regreso de los espectáculos deportivos está a la vuelta. En México, el sábado ocurrió la primera pelea de boxeo a puerta cerrada y transmisión en redes sociales desde Michoacán en la era del coronavirus. Un esfuerzo que para el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán, debe celebrarse, pues no sólo retoma la actividad de entretenimiento suspendida por la pandemia, sino permite poner en marcha las finanzas de un gremio.

Desde una región en Michoacán con poco riesgo de contagio, según las autoridades locales, el boxeador y promotor Carlos King Molina ofreció lo que parece será el futuro del deporte que convive con una pandemia.

Uno de los boxeadores programados, Alejandro Pájaro Dávila, peleó esa noche con autorización de la comisión de Salamanca, según dijo el organizador. Esto puede acarrearle una sanción, pues su registro pertenece a la de Ciudad de México, que sería la encargada de darle la salida médico-administrativa.

Sería vergonzoso que le aplicaran un castigo, afirma Sulaimán; sería injusto, porque el organizador cumplió con las medidas de seguridad y por ahora no hay manera de tramitar permisos con las comisiones (las oficinas de la CDMX están cerradas por la pandemia). Aplaudo el esfuerzo de Molina por volver a hacer boxeo en estos momentos.

Sulaimán menciona que la Secretaría de Salud reiteró este mismo martes que aunque el país se encuentra con semáforo rojo, esto es máximo riesgo de contagio, el deporte profesional ya puede realizarse sin público y cumpliendo con medidas de seguridad.

Recién confirmaron que ya se pueden desarrollar deportes profesionales siempre que no haya más de 50 personas y, desde luego, sin público, precisa; si se organiza una actividad con cuidado, se puede hacer con el menor riesgo. Todavía se necesita saber más respecto del uso de pruebas Covid-19, por eso, debe reforzarse el monitoreo de los participantes y limitar la presencia de personas en cada función.