El presidente de Bolivia en el exilio, Evo Morales Ayma, dejó la noche del martes el Campo Militar número 1 en Naucalpan de Juárez, estado de México, donde se encontraba desde el 12 de noviembre, cuando llegó a México como asilado político, por lo que comenzará a financiar su estadía en el país.

En conferencia de prensa efectuada en el Club de Periodistas en la Ciudad de México, Morales no precisó el nuevo lugar donde será acogido junto con el vicepresidente Álvaro García Linera y la ministra de Salud Gabriela Montaño, por razones de seguridad. Al mismo tiempo saludó la cooperación que ha brindado la comunidad mexicana e internacional vía embajadores.

Desde anoche (martes) nos trasladamos a otro lugar con cooperación, claro, ahora que salimos de este recinto militar número 1 del Ejército tenemos que empezar a financiar nuestra estadía. Saludo la gran solidaridad del pueblo mexicano, intentamos conseguir espacios para vivir, pero ha sido difícil encontrar. Siempre ha estado la cooperación de hermanos no sólo de México, sino de embajadores de otros países, puntualizó. Su seguridad seguirá a cargo del Estado mexicano.

Morales comunicó también que el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, lo invitó a su toma de posesión el próximo 10 de diciembre; sin embargo, aún no decide si asistirá.

Denunció también que es sujeto a un proceso internacional, pues dio a conocer un borrador de una ficha azul que giró la Interpol para localizarlo, eso luego de que el régimen de la proclamada presidenta Jeanine Áñez anunció su búsqueda por 10 delitos, entre ellos el de alzamiento armado.

Las notificaciones azules de la Interpol sirven para recopilar información adicional sobre la identidad de una persona, ubicación o actividades en relación con un delito.

Esta comunicación notificando a los países de la notificación azul de la Interpol Argentina, Perú, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Colombia, Ecuador y México, ya soy buscado y entiendo perfectamente que es una lucha ideológica, dijo.

Como se recordará el pasado viernes el gobierno de facto de Áñez acusó a Morales de cometer delitos como terrorismo y sedición.