Jueves 7 de noviembre de 2019, p. 14
El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, justificó la solicitud de mayor presupuesto con el argumento de que con los 12 mil 493 millones de pesos requeridos se aplicará una fiscalización más eficiente.
Asimismo, dijo, se validarán oportunamente los informes de los partidos políticos –eliminando gran parte de las sanciones por entrega extemporánea de documentación–, se modernizará el voto de mexicanos en el extranjero para la elección local de 2021 y comenzará la organización de los comicios de 2021 en los 32 estados.
Al asistir a la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Córdova escuchó la recriminación de diputados de Morena, quienes cuestionaron la opacidad presupuestaria en el instituto y la elevadísima nómina de los más de 100 altos funcionarios electorales, entre ellos los consejeros, cuyo salario global anualizado es de 3 millones de pesos.
Ignacio Mier (Morena) consideró que no hay quien pueda estar en contra del INE, de que se garanticen los principios básicos de la democracia; no obstante –dijo–, en lo que no estamos de acuerdo es en su costo en un país desigual; han pasado muchas cosas: no todo es miel sobre hojuelas, la legitimidad del INE está en manos de todos los mexicanos, no sólo del instituto. Moralmente no es posible que los consejeros y su presidente ganen más de 3 millones de pesos. Que se haga un esfuerzo de reflexión al dispendio y a la falta de austeridad en el instituto
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“Nadie está en contra de políticas de austeridad; en el INE somos los primeros: cuando se dio el gasolinazo decidimos cancelar los servicios de telefonía para los altos funcionarios, se disminuyeron los gastos de gasolina y de representación, y nos ahorramos costos en rentas. Se habla mucho de los dispendios, tenemos un monto de viáticos y de otros conceptos más bajos”, respondió Córdova.
Destacó que la organización de la elección federal de 2021 empezará a partir de septiembre de 2020, proceso que será el más grande de la historia, lo que impide cancelar proyectos, posponer el mantenimiento de nuestros sistemas o mantener plazas congeladas, indispensables para desplegar adecuadamente la organización del proceso
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