Madrid. El escritor peruano Mario Vargas Llosa, desde hace años, se pregunta: ‘‘¿En qué momento se jodió América Latina?” Y en la búsqueda de respuestas a esa cuestión tan compleja se encontró con un pasaje histórico que le reveló algunas claves para entender nuestro pasado y, sobre todo, el presente: el golpe de Estado contra el presidente de Guatemala, Jacobo Árbenz, de 1954, orquestado por la CIA (Agencia Central de Inteligencia estadunidense) y por el dictador de República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo.

Esa circunstancia articula la trama de Tiempos recios (Alfaguara), la novela más reciente del Nobel de literatura, en la que recupera los diálogos cruzados para reflexionar sobre el poder y la fascinación que éste detona en las personas.

En la Casa de América de Madrid, Vargas Llosa presentó esa obra que inició hace algo más de tres años gracias a una conversación fortuita con un poeta dominicano que le contó la historia del golpe contra Árbenz, líder progresista que murió alcoholizado y ahogado en un bañera en México.

‘‘Un país, salvo excepciones, no se jode en un día. Es un largo proceso y América Latina ha perdido enormes oportunidades. La independencia estuvo mal hecha. El sueño de Bolívar de unir a América Latina y formar un solo país fracasa cuando él todavía vive.

‘‘Esa es la historia de América Latina. La gran responsabilidad en su fracaso es nuestra. Nosotros fracasamos. No fueron ellos. Fuimos nosotros. Tener una conciencia clara de este punto abre una nueva oportunidad para esos países”, sostuvo el narrador y anunció que presentará su obra el primero de diciembre en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

En Tiempos recios, el autor recupera la fórmula que utilizó en La fiesta del chivo, su novela sobre el dictador Trujillo, basada en hechos históricos para hilar una trama en la que entrelaza realidad y ficción. Como hizo León Tolstoi en Guerra y paz, además de buscar las claves para entender a América Latina en la actualidad, en gran parte provocada por la injerencia violenta de la CIA en aquellos años. La novela con tiraje de 180 mil ejemplares se comenzó a distribuir de forma simultánea en 20 países, incluido México.