Las medidas de nuevos cobros de derechos compensatorios por Estados Unidos al acero mexicano son acciones aisladas y distintas a las que impuso el país vecino en meses pasados o al reciente tratado de libre comercio, manifestó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero aseguró que realizará gestiones para solucionar ese problema.

Además, calificó de injusto el impuesto que se aplica desde mayo pasado al jitomate o tomate rojo de la nación.

El cobro de aranceles al acero será atendido por Jesús Seade, subsecretario para América del Norte. Confió en que se lograrán acuerdos.

El mandatario aseguró que hay una muy buena relación con el gobierno de Estados Unidos y con el presidente Donald Trump. Por eso tengo confianza en que vamos a poder enfrentar este nuevo desafío sobre los gravámenes al acero.

Durante la conferencia de prensa de ayer en Palacio Nacional, el jefe del Ejecutivo se refirió también al cobro, por el país vecino, de tarifas de 17.5 por ciento al jitomate, lo cual, confirmó, afecta a los productores mexicanos.

Sobre ese tema, manifestó: Hay intereses político-electorales en Estados Unidos, en particular en Florida, y con vinculación a un partido y a un legislador de esa nación. Vamos a hacer gestiones sobre los dos casos, en lo que tiene que ver con el tomate. Ya está pasando tiempo y es injusto completamente que se estén cobrando aranceles. También con lo del acero.

Más tarde el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, indicó que el viernes próximo se reunirá con productores de jitomate y con el gobernador de Sinaloa, entidad en la que se concentra la mayor producción, ya que el gravamen aleja del mercado a los pequeños productores. En la reunión planteará apoyos del gobierno federal para éstos y que el jitomate se enfoque al mercado nacional.

En su conferencia matutina, López Obrador reiteró que los recursos que se usaban para promoción turística provenientes del impuesto que se cobra a los extranjeros que ingresan al país se usará para el Tren Maya.