Toma protesta a nuevos jueces
Debe ser más asertivo, claro, abierto y menos sofisticado, dice Guerra Álvarez
Viernes 5 de julio de 2019, p. 30
El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de México, Rafael Guerra Álvarez, convocó a jueces y magistrados a mantener la contundencia de la argumentación jurídica en los casos que atienden, pero comunicarla con un lenguaje más cercano al justiciable.
En la toma de protesta de cuatro nuevos jueces, los exhortó a mantener una apertura emocional a la vida de las víctimas, una perspectiva de género, una visión actualizada sobre los derechos humanos y una fuerte conciencia sobre el impacto histórico de sus fallos.
Se trata, dijo, de entender la naturaleza humana y todas sus variaciones, a fin de ser capaces de distinguir entre los diferentes enfoques, personas, momentos, lugares y ordenamientos
, y comunicar sus argumentaciones jurídicas con un lenguaje más asertivo, claro y abierto, menos sofisticado.
Los nuevos jueces, Héctor Fernando Rojas, César Mendoza, Mauricio Ledesma y Armando Anzaldo, adscritos a las unidades de Gestión Judicial 7 y 1, y a los juzgados 17 y 49 penales, respectivamente, son pioneros de una nueva relación entre el poder del Estado y la sociedad, de una nueva lógica y visión.
En dicha posición gozarán de un nuevo conjunto de instrumentos y profesionistas para encontrar alternativas que aceleren la gestión judicial, pero su elección, derivada de sus grandes habilidades cognitivas y agilidad en la toma de decisiones, es sólo el inicio de su largo camino.
Su triunfo, dijo ante familiares de los nuevos jueces, representa una victoria institucional que mantiene vigentes los más altos valores del Poder Judicial: la preparación constante, el profesionalismo, la disciplina y el sacrificio.
Para desempeñar el cargo de juez se requiere contar con un alto nivel de liderazgo y confianza en sí mismo, aunado a su esmero, tolerancia a la presión, orientación a resultados, iniciativa para el cambio y mucha inteligencia social, afirmó.
Una aspiración compartida por todos nosotros, aseguró, es que cuando los historiadores escriban la memoria del siglo XXI, la figura del juez mexicano sea reconocida por su inmenso valor social y la gran cantidad de virtudes que engloba, y se hable de una nueva conciencia en las prácticas de la impartición de justicia y su relación con la sociedad.
Confió en que con estos nuevos nombramientos la ciudadanía sea la principal beneficiaria de su legado.