Miércoles 19 de junio de 2019, p. 8
Florencia. Florencia, cuna de célebres artistas e intelectuales de todos los tiempos, despidió a su último gran hijo: Franco Zeffirelli (1923–2019). El director de ópera, teatro y cine de fama mundial falleció a los 96 años el 15 de junio en su casa romana de la Appia Antica en compañía de sus dos hijos adoptivos, Pippo y Luciano, y sus dos perros Jack Russell que adoraba, tras un largo periodo de enfermedad.
Zeffirelli, quien tuvo una prolífica carrera septuagenaria en la que realizó 400 óperas líricas y 23 películas, dispuso ser enterrado en su ciudad natal con la que él, hombre de derecha, tuvo una relación borrascosa, pero se reconcilió con la roja Florencia años antes de morir.
El alcalde Dario Nardella declaró ayer luto ciudadano y lo despidieron con todos los honores. El féretro llegó a las 11 de la mañana del lunes; llevaba encima la bufanda y la playera de la Fiorentina, de la cual Zeffirelli era fanático. El cuerpo del director fue velado en el Salón de los Quinientos.
El rito religioso se llevó a cabo de manera excepcional en la catedral de Santa María del Fiore (no sucedía con un personaje laico desde 2005 y antes en 1977), celebrado por el arzobispo de Florencia, cardenal Giuseppe Betori, ante un millar de personas. La misa concluyó con el Dolce sentire, de su película Hermano Sol, Hermana Luna.
Zeffirelli fue reflejo vivo de su ciudad. Las calles, la riqueza artística, la arquitectura, los personajes y experiencias que aquí vivió surcaron su personalidad. La crítica lo ha culpado de clásico, de esteta, de cultor del refinamiento extremo. Él, siempre polémico, afirmó sentirse poco entendido en Italia, por lo que hizo su carrera sobre todo en el extranjero, donde fue aclamado.
Concretó uno de sus sueños
Florencia supo reparar a tiempo sus diferencias a partir de la entrega del Florín de Oro en 2013, otorgado a ciudadanos ilustres. El deshielo terminó por coronar uno de sus mayores sueños en el que trabajó los últimos años de su vida: la creación del Centro Internacional de las Artes Escénicas Franco Zeffirelli en el Palacio San Firenze, inaugurado en octubre de 2017, en el ex tribunal de la ciudad, a un paso de la Plaza de la Señoría.
La ciudad custodiará no sólo su cuerpo en el cementerio de las Puertas Santas en San Miniato al Monte, en la capilla familiar, sino también toda su herencia creativa. El centro resguarda un patrimonio estimado de 180 millones de euros, que incluye el archivo de Zeffirelli, una biblioteca de 10 mil volúmenes, un museo abierto al público que muestra los dibujos, escenografías y videos realizados por él, con lo que se recorre toda su carrera desde 1945. Pero, sobre todo, es un centro de estudios vivo donde se imparte escenografía y dirección teatral.
El 21 de junio será la despedida definitiva con su versión número nueve de La Traviata que abrirá la temporada de la Arena de Verona.