Debido a la incertidumbre respecto de las políticas del nuevo gobierno, así como a las restricciones por el lado fiscal –a través de control del gasto– y monetario, con el manejo de la tasa de interés, la economía mexicana no crece, aseguró Bank of America Merrill Lynch (BofA).

Diversos organismos han mencionado que desde que Andrés Manuel López Obrador asumió como presidente, de un billón 800 mil millones de pesos programados para el gasto público federal, en los primeros seis meses se han ejercido sólo 700 mil millones de pesos: es decir, 4 de cada 10 pesos.

Además, una encuesta reciente realizada por Citibanamex reveló que es probable que el Banco de México recorte su tasa de interés en 2020 y no a finales de este año como se tenía previsto. Dicha tasa se ubica en 8.25 por ciento, la más alta desde la crisis de 2008.

En el reporte ¿Amigos o enemigos?, BofA explicó que, en el ámbito externo otros factores que no ayudan a la economía mexicana está en que Estados Unidos entre en recesión y se retrase el proceso de ratificación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá.

En lo interno, precisó, está el riesgo de recesión para México, que se cancele en su totalidad la reforma energética, lo cual complicaría la situación de Pemex y también una pérdida de confianza en AMLO. A mediano plazo está un menor crecimiento y que el país pierda su grado de inversión ante las agencias calificadoras de riesgo. Por ello, estimó que el crecimiento de México a finales de 2019 será de 0.9 por ciento.

Crecimiento de 2%, lejano

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró, según los indicadores más recientes, que la economía mexicana se sigue debilitando y no muestra señales de repunte, al menos, para los siguientes meses, por lo que la posibilidad de que el crecimiento sea de 2 por ciento a finales de este año y uno sexenal de 4 por ciento se ve lejana.