Lunes 17 de junio de 2019, p. 9
Basilea. El movimiento #MeToo, que explotó a escala mundial a finales de 2017, inspira varias obras que se exhiben este año en la Feria de Arte de Basilea, la más grande del mundo.
Los visitantes descubren maniquíes inflables con vestidos blancos de bolsas de aire creados para proteger a las mujeres del acoso en su lugar de trabajo, y detalles de presuntos delitos sexuales de unas 170 figuras públicas expuestos en cuatro largos muros salpicados de rojo.
Las artistas se encuentran en el centro de la escena de esta 50 edición, con sus obras e instalaciones in-your-face que expresan el enojo y la exasperación de la persistente desigualdad de género y los abusos y acosos condenados por la sociedad.
La española Alicia Framis llenó una habitación de delicados maniquíes blancos con vestidos hechos de material de bolsas de aire, que se activan para proteger diferentes partes del cuerpo femenino.
La obra titulada Life Dress (Vestido de vida) consiste en prendas para proteger a las mujeres en todas las situaciones de trabajo en las que hay algún abuso
, explicó Framis.
La artista de 52 años dijo que habló con víctimas de acoso y abuso y sus historias inspiraron el diseño, utilizando la moda para protestar contra de la violencia
.
Andrea Bowers, de Los Ángeles, opta por la ira con su gran proyecto de archivos Open Secrets (Secretos al descubierto), que consiste en impresiones fotográficas con fondo en rojo, cada una mencionando el nombre y el oficio de la figura pública acusada de acoso sexual o abuso, su respuesta pública a las acusaciones y detalles del caso.
Cultura de la violación
Dedican dos paneles completos al ex productor de Hollywood Harvey Weinstein, cuyos presuntos delitos lanzaron el movimiento #MeToo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también aparece en la obra, así como sus predecesores Bill Clinton y George Bush padre; jueces de la Corte Suprema, actores, periodistas, músicos y otros.
“#MeToo es quizás uno de los movimientos feministas más importantes de mi vida”, dijo Bowers.
Bowers, de 54 años, quien se presenta como artista activista feminista, afirmó que había quedado conmocionada al darse cuenta de lo que fue crecer para mí en esa cultura de la violación, donde los hombres tenían permiso para violarnos sexualmente a mí y a mis amigas
.