Por su amplia trayectoria como poeta, filósofo, ensayista, editor, periodista y académico mexicano, así como para celebrar sus 80 años de vida, este domingo se rindió un homenaje al maestro Jaime Labastida, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Jorge Ruiz Dueñas, Felipe Garrido, Adolfo Castañon y como moderador Gonzalo Celorio reconocieron durante el homenaje el singular quehacer poético del maestro Labastida, en el que se amalgaman lírica y filosofía.

De igual manera destacaron su capacidad de acción, como un hombre con tremenda energía, y constante y permanente actividad, su aspiración de ser igual un hombre justo, preocupado por la justicia, sin perder la sonrisa.

Sobre el escritor sinaloense homenajeado, Ruiz Dueñas se refirió al prisma intelectual y versatilidad que ha desarrollado Labastida durante su trayectoria, y a las características que distinguen su producción poética, que se puede apreciar en los libros Animal de silencios (1996), Elogios de la luz y de la sombra (1999) y el más reciente, Atmósferas y negaciones.

Para Labastida, comentó Ruiz Dueñas, la poesía no sólo es escritura, sino la posibilidad de entablar un diálogo con el entorno social y el hombre. En su poesía hay una especie de ausencia de certezas, como un destino incontrolable entre la razón y la contradicción.

Una de sus cualidades es volver complejo el verso y hacerlo luminoso. En su quehacer poético se amalgama la pasión y un ordenado proceso de reflexión. Busca el sentido de lo insondable y tiene una atracción hacia lo esencial.

Jaime Labastida llega a sus 80 años con el optimismo cumplido y con todas sus facultades. Su lírica es una gran guía para escalar la noche universal, concluyó Ruiz Dueñas.

Felipe Garrido explicó que Labastida es un hombre que aspira a ser justo, de tremenda energía y actividad. Él mismo en cierto momento se definió como ladrón en busca de palabras. Entre las interrogantes que a lo largo de su trayectoria ha vivido y que se ha planteado han sido las que tienen que ver con la lengua y la palabra. Es mucha la profundidad de su conocimiento en muchos terrenos”.

En entrevista con los medios, Adolfo Castañón destacó que Labastida es un ser humano cuya trayectoria es reconocida en cada una de las áreas que ha ejercido. En su itinerario poético hay atención a la naturaleza, y por otra, preocupación por la ciencia y responsabilidad por la historia. Habiendo nacido en 1939, forma parte de una generación en la que se encuentran José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Homero Aridjis, entre otros, quienes tienen como rasgo ser la primera generación que tiene conciencia planetaria de la responsabilidad de la palabra.