A escala global existen alrededor de 500 millones de unidades de producción familiar, las cuales generan cerca de 80 por ciento de los alimentos del mundo.

En México existen casi cinco millones de unidades de producción familiar y prestan innumerable cantidad de servicios, más allá de alimentarnos, pero han estado invisibles, señaló Julio Berdegué, representante regional para América Latina y El Caribe de la FAO.

En el arranque del Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), se busca impulsar al sector, en particular en los países en desarrollo.

Berdegué comentó que durante décadas el gasto público que se dirigió a este segmento ha sido de muy mala calidad, lo que derivó en un estancamiento de su productividad.

Sostuvo que durante años se ha querido derrotar la pobreza de este segmento, sólo sobre la base de políticas sociales, las cuales son muy importantes, pero insuficientes; se debe apostar por incrementar la productividad. Esto demanda cambiar la política hacia el sector de manera profunda y confió que el nuevo gobierno lo haga.

Los dueños o productores de estas granjas cuidan la mayor parte de los bosques y selvas del mun-do, de las fuentes de agua fresca y de los paisajes, y muchas veces son fuente de reservas de patrimonio cultural, artístico, religioso y gastronómico.

Berdegué ha señalado que la agricultura familiar es aliada fundamental para impulsar el desarrollo sostenible, eliminar el hambre, la obesidad y todas las formas de malnutrición y, en tal sentido, América Latina y el Caribe ha sido una de las regiones pioneras en reconocer este potencial y muchos países han sabido poner la agricultura familiar al centro de sus políticas de seguridad alimentaria y desarrollo rural. Pero necesitamos avanzar más. Esperamos que esta década nos dé el impulso necesario para ello.

La agricultura familiar abarca la producción de alimentos de origen vegetal, carne, pescado y otros productos de origen animal como huevos y productos lácteos.

Los agricultores familiares proporcionan alimentos sanos, diversificados y culturalmente apropiados y generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola y ayudan a las economías rurales a crecer.

En América Latina y el Cari-be existen más de 16.5 millo-nes de explotaciones agrícolas, ocho de cada 10 explotaciones de la región son parte del sector, y son una gran fuente de trabajo, 60 millones de personas trabajan en la agricultura familiar, lo que significa que la vida de cerca de una de cada 11 personas está íntimamente ligada a este sector.