Moscú. La aclamada miniserie estadunidense Chernobyl, sobre la catástrofe nuclear, hace aflorar dolorosos recuerdos en Rusia, con un realismo tan elogiado como criticado por exagerar el nefasto papel de las autoridades soviéticas.

La cadena HBO difundió esta semana el último de los cinco episodios de esta miniserie, cuadro implacable del peor accidente de la historia nuclear civil.

El 26 de abril de 1986, la explosión del reactor cuatro de la central de Chernobyl, en la Ucrania soviética, dispersó una nube radiactiva por Europa. La URSS trató de ocultar el incidente antes de resolverse a evacuar la zona, aún inhabitable.

“Los grados de realismo de Chernobyl son más elevados que en la mayoría de los filmes rusos sobre este periodo”, reconoce el diario Izvestia.

Es una obra televisual de alta calidad, afirmó Susanna Alperina, del diario Rossiïskaïa Gazeta.

En Rusia, la serie no se difunde en televisión pero es accesible a través de la plataforma de streaming Amediateka, que obtuvo los derechos de muchas series populares como Juego de tronos.

La serie se concentra en el heroísmo de los personajes comunes, pero los altos dirigentes soviéticos, empezando por el líder soviético de la época, Mijail Gorbachov, son mostrados como cobardes y mentirosos.

La serie expresa respeto por nuestro pueblo soviético, pero expresa mucho desdén por las autoridades que despreciaron a sus ciudadanos, dijo la periodista Ksenia Larina, de la radio independiente Echo.

Mentira filmada de manera brillante

Ahora que las relaciones entre Rusia y los países occidentales están en el peor momento desde el fin de la guerra fría, algunos ven en la serie una crítica injustificada al régimen soviético.

El diario popular Argumenty i Fakty criticó una mentira filmada de manera brillante, que divide al pueblo soviético entre verdugos sanguinarios y víctimas inocentes.

Uno de los mensajes ocultos de la serie sería, por ejemplo, mostrar que la industria nuclear rusa no es fiable, advirtió el diario Komsomolskaïa Pravda. Para éste, muestra a los rusos descuidados para perturbar las ventas de centrales de fabricación rusa en el extranjero.